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La junta vespertina del martes

El texto íntegro de esta junta se halla a disposición de las filiales que lo soliciten en forma de cinta fonorreproductora en inglés, para que la presenten a sus respectivas congregaciones. También hay disponibles las traducciones en alemán, francés y español escritas a máquina, para las filiales en que se hablen estos idiomas. (Véase el anuncio especial en el Heraldo trimestral de Julio.)

Del número de octubre de 1956 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Christian Science Sentinel


El llamado de nuestra Guía a la Humanidad

[Esta crónica aparece en inglés en el Christian Science Sentinel ]

La revelación de Cristo, la Verdad, que advino al pensamiento receptivo de Mary Baker Eddy está leudando ya todo el pensar de la humanidad. Y al mismo tiempo viene provocando a los fieles adherentes de Mrs. Eddy a que demuestren cada vez más ampliamente el poder curativo y salvador del Amor divino.

Ese fué el tema de la junta en que se trató de “El llamado de nuestra Guía a la humanidad.” En ella hablaron Erwin D. Canham, de Boston, Massachusetts; Luther P. Cudworth, de Boston también; Mrs. Myrtle C. Ayres, de Indianápolis, Indiana; John D. Rasmussen, Jr., de Los Angeles, California; y la Honorable Mrs. Violet Hay, de Londres, Inglaterra.

Cada uno de los oradores explicó la consagración completa de Mary Baker Eddy a la prepotente verdad que descubrió, indicando cuán de cerca ella había seguido al Cristo que la dirigía, según lo había ejemplificado Jesús de Nazaret, al presentar ella su grandioso don al mundo. Los oradores mostraron de manera concreta la actuación de Cristo en el desenvolvimiento de la demostración que Mrs. Eddy llevó a cabo, y cuán asequible se halla la Christian Science para guiar, proteger, curar e inspirar a los que sigan los pasos de ella ahora y por siempre.

Al hablar del “Impacto de la Obra de nuestra Guía en los campos de la ciencia, la teología y la medicina,” el Sr. Canham citó casos específicos del efecto sorprendente que el descubrimiento de Mrs. Eddy ha causado en el pensamiento humano. Pero sin dejar lugar a que nos demos por satisfechos con lo ya logrado. El llamado de nuestra Guía a la humanidad — dijo él — es también para nosotros, para que nos ocupemos “en los negocios de [nuestro] Padre.” Al alerta Científico Cristiano se le ofrecen grandes oportunidades de corregir erróneos conceptos humanos y de curar los males del mundo, para lo cual se le ha dotado de una perspicacia que penetra hondamente a percibir los modos de pensar mortalmente.

El segundo orador, Sr. Cudworth, tuvo por tema “La Obra de nuestra Guía como Descubridora.” Habló del significado trascendental de un descubrimiento que es a la vez una revelación; delineó analíticamente los pasos que dió Mrs. Eddy al impulso de su descubrimiento, señalando la incesante vitalidad de la verdad que ella descubrió. La actividad benéfica de una idea o de una verdad no se concreta a quien la descubra — dijo el orador — y esta revelación final de la Verdad queda para que todos la perciban y la demuestren.

En seguida Mrs. Ayres disertó sobre “La Obra de nuestra Guía como Fundadora.” Se nos dijo cómo fué guiada Mrs. Eddy a fundar la institución que promulgara y protegiera su descubrimiento y cómo fué inspirada divinamente a recopilar el Manual de La Iglesia Madre como instrumento del gobierno de su Iglesia. De la misma fuente brotaron la revelación y la Iglesia que la proclama al mundo, dijo la oradora. Y lo ilustró indicando específicamente cómo cada Estatuto tiene un significado profundo y perdurable para el Científico Cristiano leal.

“Nuestra tarea individual como seguidores de nuestra Guía” fué el tema de que habló luego el Sr. Rasmussen. Dió énfasis a la necesidad de que los Científicos Cristianos dediquen sus vidas más completamente a la elevada meta cristiana que les ha marcado Mrs. Eddy. Indicó modos y medios para curar más eficazmente y la necesidad de confiar más radicalmente en la Verdad y de consagrarse uno a la Causa de la Christian Science. Se les recordó a los miembros de la Iglesia que seguir a nuestra Guía como ella seguía a Cristo significa levantar en alto a Cristo en nuestro estar consciente y en nuestra demostración.

La plática final de la junta la dió la Honorable Mrs. Hay acerca de “Lo que contribuye nuestra Guía a la paz mundial.” Indicó la oradora que Cristo, la Verdad que Mrs. Eddy descubrió en la vida y obras de nuestro Señor y expuesta en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” se viene aplicando a cada problema y situación con que tropieza la humanidad. Las señales de los tiempos indican que el reino de Dios viene apareciendo en la experiencia humana — en esa demostración individual del Cristo que ha de llevar inevitablemente a la curación de las naciones en un grado o alcance que abarque al mundo entero.

La junta terminó con esa nota de curación universal, fruto final del reconocimiento esclarecido de Mary Baker Eddy de que Dios, el bien, es Todo.

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