Te busqué en el camino incierto
de filosofías exóticas,
pero no estabas Tú.
Y mi búsqueda continuó.
La noche intensa
de anhelos fallidos
provocó la duda;
pero mi búsqueda continuó.
Tenues luces de esperanza
anunciaron un amanecer;
la cruz del sendero florecía
en corona de rosas.
Y estabas Tú.
Tu voz en Cristo oí
y mi búsqueda su respuesta halló.
Ahora sé que Tú eres.
Y sé que yo soy
porque Tú eres.
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