Las palabras no pueden expresar la profunda felicidad que siento al meditar sobre la protección y las curaciones que he experimentado durante varias décadas dedicadas a estudiar más la Ciencia Cristiana. Como alumno de la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana confié solamente en la oración a Dios para resolver mis problemas relacionados con mi salud. Al término de esos años, la eficacia de haber sido criado devotamente se evidenció en una declaración que me hicieron durante un examen médico requerido para ingresar en una universidad. Se me dijo que sea lo que fuere lo que había estado haciendo para mantenerme en tan buena salud debería continuar haciéndolo.
Estoy agradecido por haber sido inspirado en la elección de empleo y en mi matrimonio. A medida que mi concepto acerca de ellos se espiritualiza más, me producen más y más felicidad. Estoy agradecido de que la salud y felicidad de mi esposa e hijo hayan sido preservadas mediante la confianza total que hemos depositado en esta religión. Nuestro hijo ha sido sanado de varias de las llamadas enfermedades infantiles, dolor de oído, consecuencias de caídas y muchos otros problemas.
Estoy muy agradecido por la curación de dificultades en relaciones humanas. Una vez, cuando fui acusado injustamente por un extenso período, fui guiado por lo que leí en un artículo religioso publicado en el The Christian Science Monitor a decir algo que en esa ocasión me pareció incongruente. Sin embargo, ello suscitó un cambio inmediato en la actitud de mi acusador. En muchas otras ocasiones, situaciones difíciles han sido sanadas sólo por haber expresado un poco de amor o de humildad.
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