En las sombras tenebrosas
de la angustia y el temor,
luz divina aparece
con reflejos de esplendor.
Es el Cristo, “Rey Supremo”,
que de ti se compadece,
borrando sombras y dudas,
y con su infinito amor
sana, libera, enaltece,
y revela tu perfección.
De la Mente idea eres,
reflejo de Alma y Amor,
substancia y sabiduría,
manifestándose en ti.
Pues tú bien conoces
la divina ley de Dios,
ley que anula todo mal,
falsa creencia, que cae
cuando la Verdad eterna
en nuestra consciencia está.
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