Mi manera individual de encarar el estudio de la Lección-Sermón comienza con la oración — oro para ser receptiva y tener inspiración, y para negar el magnetismo animal que se presentaría como falta de percepción, apatía, resistencia u obstáculos. También incluyo la gratitud hacia nuestra Guía por haber dispuesto estas Lecciones-Sermones “divinamente autorizadas” que el Comité de Lecciones Bíblicas prepara con tanto amor. Encuentro que el orar antes de leer la lección prepara el camino para recibir su mensaje sanador.
Hago algunas investigaciones en comentarios y traducciones de la Biblia. Me son útiles, aunque tomo como definitivo lo que dice la versión King James de la Biblia inglesa. Hago este tipo de investigación al comienzo de la semana, generalmente el domingo que precede a la semana en que se estudia la lección. No obstante, me intereso profundamente en que este aspecto de mi estudio no se preste a crear una atmósfera escolástica en mi trabajo con la lección. Por eso lo hago al principio de la semana y luego prescindo de esta investigación.
Siento que una de las cosas sobre las que tenemos que tener mucho cuidado al discutir métodos para el estudio de la lección es la de no reglamentar un método específico. Creo que los Científicos Cristianos en general piensan que posiblemente los métodos adoptados por maestros y practicistas son automáticamente mejores que sus propios métodos, los que han adoptado mediante una demostración individual. Y esto, creo, prepara el terreno para reglamentar dicho estudio.
Desde muy niña una de mis citas bíblicas favoritas ha sido ésta de San Pablo: “Tened esta mente que estaba también en Cristo Jesús” (Filip. 2:5, según la versión King James de la Biblia). Comprendiendo que la Mente de Cristo Jesús es la Mente de todos, incluyendo a los profetas, los apóstoles, a Mary Baker Eddy, y a nuestro Comité de Lecciones Bíblicas, nuestra Lección-Sermón se hace más animada y espontánea en su inspiración y aplicación. Cuando leo la Biblia, la Mente de la Biblia es para mí una entidad viviente, consciente y activa. La Mente de Cristo Jesús me habla espontáneamente mientras leo. Cuando leo el libro del Apocalipsis, en oración consulto y escudriño la Mente de San Juan y oro para que la interpretación me venga directamente en mi estudio; esto se aplica a toda la Biblia.
La misma Mente grandiosa, infinita, universal, que revela el orden de las citas al Comité de Lecciones Bíblicas es mi Mente cuando busco encontrar el enfoque, el objetivo, y la aplicación del sermón. A menudo me lleva algún tiempo ponerme en armonía con esa Mente al prepararme para leer la lección, en otras palabras, oro para ponerme en comunión con Dios antes de siquiera empezar a hacer mi investigación o a leer las citas mismas. Frecuentemente esta comunión espontánea me conduce a los otros escritos de la Sra. Eddy donde ella habla sobre el tema bajo consideración; otras veces, a artículos en publicaciones de actualidad o previamente publicadas. Dejo que ese aspecto sea totalmente el reflejo espontáneo de la guía especial del Amor.
Éste es el único método de estudio que puedo recomendar. La ley divina de la individualidad revelará espontáneamente a cada estudiante de la Ciencia Cristiana, a través de la inspiración, el mejor modo para estudiar.
