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La solución es la Ciencia, no el suicidio

Del número de diciembre de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Para aquel que se siente hastiado de la vida y hasta tentado a suicidarse, la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. lo alienta y le ofrece la solución para sus problemas.

Por muy impotentes que nos sintamos, siempre existe una salida. El bien es real y presente porque el bien es Dios. Lo odioso y el mal son irreales porque no existen. Esto es verídico, aun cuando quizás nos sintamos renuentes a admitirlo. Pero desde ya podemos comenzar a demostrarlo.

Puede que parezca que la gente no tiene interés por nosotros, pero Dios sí tiene interés. Por esto no debiéramos darnos por vencidos. Existe una salida y podemos encontrarla. En Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, Mary Baker Eddy la señala: “No hay más que un camino que conduce al cielo, la armonía; y Cristo en la Ciencia divina nos enseña este camino. Es no conocer otra realidad — no tener otra consciencia de la vida — que el bien, Dios y Su reflejo, y elevarse por encima de los supuestos dolores y placeres de los sentidos”.Ciencia y Salud, pág. 242;

El sufrimiento radica en nuestra creencia en la materia y sus condiciones. Debido a que la materia no es real, tenemos todas las oportunidades para salir del caos de la desesperación. Dejémonos guiar por el Amor y confiemos en el Amor.

Enfrentada a menudo por profundas decepciones, la Sra. Eddy nos dice tiernamente: “Recordad que no podéis encontraros en situación alguna, por más severa que sea, donde el Amor no haya estado antes que vosotros y donde su tierna lección no os esté aguardando. Por lo tanto, no desesperéis ni murmuréis, porque aquello que busca salvar, sanar y librar os guiará, si buscáis esta guía”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, págs. 149–150;

¡Qué grave error es el considerar, aunque sea sólo por un momento, el acabar con nuestra propia existencia cuando la solución es acabar con la manera materialista de contemplar la vida — y el Amor divino está aguardando para ayudarnos a lograrlo! Somos la expresión de la Mente y reflejamos la inteligencia que no puede ser engañada por la desesperación ciega del sentido mortal. Y el Amor nos asegura que moramos bajo el cuidado del Amor, fuera del alcance del mal. El Amor divino nos señala el camino para salir de la desesperación: comprender el Amor es la solución.

El olvido que podemos vernos tentados a buscar no solucionará nuestras preocupaciones, porque en realidad no podemos lograr el olvido. Tal olvido es un engaño. La Vida es eterna. En la Ciencia de la Mente, la consciencia jamás puede cambiar a su opuesto, la inconsciencia. La Mente está consciente ahora y siempre.

Ni siquiera en la creencia humana podemos saber lo que es estar inconsciente. Tal vez digamos que estuvimos inconscientes anoche mientras dormíamos. Pero, ¿estuvimos acaso conscientes de estar inconscientes? No, esto es una contradicción. Nuestra propia inconsciencia u olvido es una condición del pasado — jamás podemos estar conscientes de la inconsciencia en el presente. Y el olvido que el futuro pueda parecer prometernos siempre es algo que está más allá de nuestro alcance. Podemos hallar una salida de la desesperación mediante el Cristo viviente, la Verdad, pero no por medio de un sueño vano.

El Amor nos muestra la puerta que conduce hacia la libertad, la cual quizás no hayamos notado antes. Podemos aprender lo que es la Vida, Dios, y lo que es realmente el hombre como expresión de la Vida. No sólo nuestra existencia es tan permanente como la Vida divina, sino que es también enteramente buena, como Dios mismo. De modo pues que no nos demos por vencidos.

El amor de Dios hace las dificultades más que llevaderas — las soluciona. Tal vez parezca difícil hallar la solución para lo que parezca ser un problema gigantesco. Pues bien, podemos hallarla más fácilmente si solucionamos el problema por partes.

Por ejemplo, si un hombre de negocios se encontrara arruinado, sufriendo de mala salud y con toda su familia en su contra, todo ello combinado podría parecer aplastante. Mas si tratara de solucionar la situación por partes, con confianza podría encontrar la salida.

Podría comenzar por reconocer que el hombre es sostenido por el Amor y no por las ganacias de sus negocios. Esto ha sido demostrado frecuentemente. El desastre económico momentáneo no significa el fin de una vida útil, sino que constituye una fase ilusoria y transitoria, que se corrige aplicando la ley espiritual de la totalidad de Dios.

En cuanto a la salud del hombre, ella proviene del Alma, no de la materia. La materia no la da ni la quita. Los testimonios que aparecen en esta publicación confirman que la salud puede establecerse sobre una base espiritual. La Ciencia Cristiana explica cómo todos podemos hoy encontrar esta curación. Puede resultarnos alentador el hecho de que debido a que la mala salud parece tener un comienzo, ¡su misma condición finita implica un fin! Acabamos con ella al comprender que el Espíritu es la causa perfecta y única del hombre.

Cualquiera que sea la situación familiar humana, el hombre verdadero se encuentra siempre acompañado por el Amor. Cristo Jesús dijo: “No estoy solo, porque el Padre está conmigo”. Juan 16:32; Ésta es la verdad acerca de nosotros, aunque estemos solos. El aferrarse persistentemente a esta verdad, ayuda a sanar la soledad.

No estamos solos. Aun cuando nos parezca que hemos sido especialmente elegidos para determinado sufrimiento, todos enfrentamos el trabajo de solucionar el problema del ser — ya sea que tengamos mucho que luchar o que seamos mimados por la vida. Y a menudo progresamos más en la turbulencia que en la calma. La Sra. Eddy nos dice: “La existencia del hombre es un problema para ser solucionado en la Ciencia divina”. Y continúa: “El someterse al suicidio para evadir el desafío no es hallar la solución. El error de la supuesta vida e inteligencia en la materia, se disipa sólo a medida que dominamos el error con la Verdad. No mediante el pecado o el suicidio, mas venciendo la tentación y el pecado, escaparemos del tedio y de la maldad de la existencia mortal, y obtendremos el cielo, la armonía del ser”.Miscellaneous Writings, pág. 52–53.

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