Una vez, una amiga mucho me dio,
y este recibir me perturbó
pues yo para ella nada tenía.
Mas luego a otra amiga encontré
y con alegría vi
que yo satisfacer su necesidad podía,
y descubrí que el acto de dar
no es un incesante toma y daca
más es un género sin borde,
que tejido sin costura,
con el hilo del dar que es desprendido
y la textura del recibir que no tiene doblez,
es una manta de amor que a todo envuelve,
y que refleja del Amor su infinitud.
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