Tan radiante es el Cristo, el reflejo de Dios como lo manifestó Jesús, que el Maestro pudo alimentar, consolar y sanar a las multitudes. A través de los siglos esto ha sido atribuido a un poder milagroso que estaba sólo al alcance de Jesús, pero la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. enseña, y también demuestra, que el mismo Cristo está hoy al alcance de todos. El Cristo es, en realidad, la naturaleza verdadera y espiritual de todos a pesar de lo que el sentido material pueda argumentar en contra.
La Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, escribe: “El Cristo ejemplifica aquella fusión con Dios, su Principio divino, que da al hombre dominio sobre toda la tierra”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 316;
¡Qué tranquilizador es saber que no somos mortales, sujetos a todos los males que la creencia en un yo material trate de imponernos, sino que somos las ideas amadas de Dios, espirituales, perfectas e inmortales! Cuando se entiende esto, el resplandor del Cristo inunda todo nuestro ser, y disipa la desesperación. Y puede bendecir y sanar a los que nos rodean — y, en cierta medida, al mundo entero.
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