Desde niño, Jesús sabía que Dios era su Padre y que él era el Hijo bienamado de Dios. Cuando oraba a Dios a menudo lo llamaba “Padre”. Y en el “Padrenuestro”, la oración que él dio a todos los cristianos para que la usaran, nos enseñó a decir: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Mateo 6:9; Cuando Jesús decía que debíamos orar a Dios como “Padre nuestro”, nos estaba indicando que Dios es en verdad el Padre de todos.
Nosotros somos los amados hijos del Padre, pero debemos probar esta verdad portándonos como Sus hijos e hijas. Jesús demostró esto en todo momento siendo afectuoso, sincero, y ayudando siempre a la gente. Él sabía que todos eran realmente los hijos de Dios, y esto los sanó de sus pecados y enfermedades, y se volvieron más semejantes a Dios. La Ciencia Cristiana enseña que nosotros también podemos sanar a la gente de la misma manera.
La vida de Jesús fue tan semejante a Dios que por eso se le llamó Cristo Jesús. En Ciencia y Salud la Sra. Eddy dice: “Cristo representa la naturaleza espiritual y eterna de Dios”.Ciencia y Salud, pág. 333.
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