Una de las tantas declaraciones positivas hechas en el libro de Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, acerca de la inmortalidad de la vida es: “La Vida es eterna. Debiéramos reconocer este hecho, y empezar a demostrarlo. La Vida y el bien son inmortales”.Ciencia y Salud, pág. 246;
La Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. muestra que la existencia del hombre es eterna porque él vive y tiene su ser en Dios, que es la Vida infinita; que el hombre expresa todas las cualidades de la Vida como ser sempiterno.
El camino que lleva a la demostración de la vida eterna, no es un camino ancho, como lo señaló Jesús, que dijo: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Mateo 7:13, 14; Estrecho pero seguro, conduce a la vida; y la vida y la bondad son eternas.
Hace algunos años, estábamos atravesando en automóvil el desierto de Arizona con nuestro hijo pequeño y su primo. Ambos chicos estaban gozando del viaje, pero a medida que se acercaba el crepúsculo se atemorizaron mucho. Tuvimos que hacerles varias preguntas con mucho afecto para averiguar de qué estaban asustados. Como ambos tenían un vocabulario muy limitado, les era difícil explicar lo que les pasaba. Por fin nos dimos cuenta que estaban asustados porque pensaron que el camino se terminaba.
A la hora del crepúsculo cuando el automóvil se acercaba a una colina, veíamos que los niños tenían la sensación de que el camino terminaba o desaparecería súbitamente. Les explicamos que sabíamos que el camino no terminaría, y por qué; mas su temor no se calmó hasta que les dijimos que Dios, el Amor, también estaba allí con nosotros y que no dejaría que nada malo les pasara a ellos o a nosotros. Con esto se terminó el problema.
Lo que el adulto piensa de la muerte, es algo similar a la experiencia que tuvieron estos muchachos. Parece como si el camino de la vida desapareciera y la existencia terminara súbitamente. El temor a la muerte es el temor dominante en nuestra existencia terrenal, aun cuando algunos sienten que les gustaría terminar con esta existencia. Pero, ¿hay alguna solución para este temor, ya que la muerte parecer ser un factor tan desconocido?
En una carta a los corintios, Pablo llama a la muerte un enemigo que hay que vencer, y dice: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. .. entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. .. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Cor. 15:53, 54, 57;
Lo enseña la Biblia y lo sostiene la Ciencia Cristiana, que Dios, el Espíritu, es infinito y es la Vida. Por lo tanto, la conclusión es, que la vida del hombre es inmortal e infinita. No hay lugar ni posibilidad de que acaezca muerte en la Vida infinita. Si la muerte fuera real, la Vida no podría ser infinita; pero Dios que es la Vida misma, es infinito, eterno.
Alguien podría decir que aun si hubiera vida después de la muerte, durante la experiencia de la muerte debe haber un momento en que la vida no existe. Pero cualquier interrupción de la infinitud de la Vida es imposible.
La Ciencia Cristiana está en completo acuerdo con la revelación de la Biblia de que
Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza. El hombre, por lo tanto, es espiritual e inmortal, reflejando la Vida infinita y eterna y todas las cualidades de Dios, la Vida divina. El hombre expresa — es decir, refleja — salud, armonía, pureza, amor, todas las cualidades del ser eterno. La Ciencia Cristiana sostiene que Dios es la Mente y el Principio divinos; por consiguiente, la inteligencia es suprema, omnipresente, y el Principio lo gobierna todo. Dios es el bien invariable; de modo que, todo lo que existe es bueno. Puesto que Dios es Espíritu y ha creado todo lo que existe, el hombre y el universo son espirituales.
Cristo Jesús venció la muerte. Cuando llegó a la tumba donde Lázaro había permanecido por cuatro días, dio gracias a Dios y luego llamó a Lázaro para que saliera de la tumba, y éste salió. Jesús conocía la irrealidad de la muerte y la realidad de la Vida eterna. Si Jesús hubiera creído en la muerte y que Lázaro había muerto, no hubiera podido resucitarlo. Habría estado aceptando las mismas creencias mortales de aquellos que lo rodeaban.
Cristo Jesús no sólo resucitó a otros de entre los muertos, sino que con su propia resurrección probó que la vida no tiene fin. La Sra. Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe: “El trabajo que Jesús realizó durante tres días en el sepulcro imprimió al tiempo el sello de la eternidad. Probó que la Vida es inmortal y que el Amor vence el odio”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 214.
Tuve una experiencia que me enseñó que un comienzo, por pequeño que sea, tiene posibilidades de alcance infinito. Cada otoño, durante algunos años, había tenido un fuerte resfrío y fiebre. Ese otoño en particular, fue el peor. Al volver del trabajo a casa, perdí el conocimiento por casi dos horas. Cuando volví en sí, me di cuenta que era el atardecer de un miércoles, y sin mirar el reloj me esforcé por llegar a la iglesia.
Fui el primero en llegar, y me dejé caer sobre un asiento. Después de unos minutos comencé a leer la inscripción en la pared frontal; eran las palabras de la Sra. Eddy antes citadas.
De repente me sorprendí por lo que veía: ¡“El trabajo que Jesús realizó durante tres días en el sepulcro imprimió al tiempo el sello de la eternidad”! Pensé: “¡Cuán cierto es! Jesús probó que la Vida es inmortal, y yo reflejo esa Vida; por lo tanto, tengo que ser inmortal y eterno. Puesto que mi vida es eterna, no puedo morir. No puedo tener ninguna enfermedad, porque no hay enfermedad en la Vida eterna. Entonces no puedo tener ni siquiera un resfrío, porque la Vida está exenta de enfermedad y es inmortal”.
Razoné de esta manera, y para cuando la reunión testimonial de aquel miércoles estaba por terminar me sentí completamente bien. La curación fue permanente.
Había empezado a ver que la Vida es eterna. Quienquiera que esté predispuesto a estudiar la Biblia a la luz de la Ciencia Cristiana, puede hacer lo mismo. Como las palabras que inician este artículo lo establecen: “La Vida es eterna. Debiéramos reconocer este hecho, y empezar a demostrarlo”.
