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La Iglesia está aquí mismo

Del número de junio de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¡La Iglesia Madre! A los Científicos Cristianos les encanta visitar la noble estructura en Boston. Recuerdo, especialmente en mis primeros días de estudiante de Ciencia Cristiana, cómo me acercaba al edificio con una gran sensación de sumisa reverencia y emoción, anticipándome al torrente de inspiración que esperaba que inundara mi consciencia durante el culto. Y no me sentía desilusionado.

Todavía me acerco a La Primera Iglesia de Cristo, Científico, con anhelante expectación, porque los cultos siempre se mantienen a un nivel elevado de excelencia. Sin embargo, he llegado a ver que La Iglesia Madre no está confinada al edificio de la iglesia y a sus oficinas administrativas en Boston. Está allí mismo donde me encuentro en todo momento. Debido a que puedo mantener en el pensamiento la idea espiritual de Iglesia, la inspiración de La Iglesia Madre está presente conmigo para guiarme y protegerme continuamente.

Parte de al definición que la Sra. Eddy da de “Iglesia” dice: “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él”. Ciencia y Salud, pág. 583;

Puesto que la Verdad y el Amor son omnipresentes, la Iglesia realmente está en todas partes. Rodea a cada una de las ideas más elevadas de Dios llamadas hombre, y se está expresando activamente precisamente donde el hombre existe. El hombre, entonces, está siempre unido a la Iglesia, y por lo tanto está mantenido continua y activamente en un estado de perfección espiritual por el poder de la presencia y actividad de la Iglesia.

Esta idea espiritual de Iglesia es la única iglesia que en realidad existe. La Iglesia de Cristo, Científico, expresa esta idea espiritual. Su actividad en la escena humana está designada para despertar a los hombres de las profundidades de la materialidad para que comprendan que el hombre no es un mortal, sino que es ahora, y siempre ha sido, el reflejo perfecto y espiritual de Dios. La Sra. Eddy describe la actividad de la Iglesia en la consciencia humana en el segundo párrafo de la definición arriba mencionada: “La Iglesia es aquella institución que da prueba de su utilidad y se halla elevando la raza humana, despertando el entendimiento dormido de sus creencias materiales a la comprensión de las ideas espirituales y a la demostración de la Ciencia divina, así echando fuera los demonios, o el error, y sanando a los enfermos”.

En el grado en que aquellos que ya son estudiantes de Ciencia Cristiana aceptan la omnipresencia de la Verdad y el Amor como la Iglesia única, la actividad de la Iglesia opera en su pensamiento dondequiera que estén. Puede ser que no veamos con los ojos la evidencia de esto como toda la humanidad afluyendo a la Iglesia de Cristo, Científico, pero el poder de nuestra oración se disemina ampliamente, y cuando llega al pensamiento del individuo receptivo, lo bendice y lo eleva hasta que, en algún punto de su experiencia, aquí o en el más allá, esté listo para aceptar las enseñanzas del Espíritu.

Para ayudar a adelantar la actividad de la Iglesia en la escena humana, tenemos iglesias filiales, y estas filiales, Iglesias de Cristo, Científico, tienen su función que desempeñar en el propósito y actividad total de La Iglesia Madre en expresar la siempre presencia de Iglesia, la idea espiritual, con su inspiración, pureza y amor. Las iglesias filiales son realmente una evidencia de la Iglesia omnipresente en acción.

La actividad espiritual que constantemente se está llevando a cabo en el concepto divino de Iglesia no da lugar a que nadie piense que la actividad de Iglesia no puede ser manifestada tan plenamente en un pueblo o en una ciudad de la América del Sur o Asia como en Boston. La inteligencia divina, necesaria para gobernar perfectamente, está tan presente en un lugar como en otro. Así también está presente el Amor y la inspiración necesarios para atraer y curar.

¿Qué es lo que impide que esta expresión de Iglesia se manifieste más plenamente? Sólo el falso concepto que tiene la gente de lo que es la Iglesia, y de cómo se activa a sí misma en todas partes. En el grado en que uno esté deseoso de dedicar su pensamiento para percibir y afirmar la presencia y actividad de la Iglesia en su forma más verdadera, podrá ver la actividad nutritiva y beneficiosa de la Iglesia llegar a los miembros de la comunidad donde uno vive.

La actividad y la influencia de la Iglesia se percibe por medio del pensamiento y la consciencia de aquellos individuos que han aceptado la verdad espiritual de su presencia. Como la actividad de la parábola de Cristo Jesús: “El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”, Mateo 13:33; la evidencia de la presencia y actividad de la Iglesia se esparce en la medida en que aquellos que saben de su presencia demuestran esta evidencia en su pensamiento individual. De esta manera revela uno en su vida la clara prueba de estar dedicado a la Iglesia.

A medida que las cualidades del ser espiritual vienen a la consciencia de un individuo por medio de la actividad espiritualizadora de la Iglesia, tal persona descubre que está adoptando más y más la perfección original del hombre precisamente donde parecen estar una mente mortal y un cuerpo material. Encuentra que la mente mortal se va callando, las exigencias de los sentidos materiales disminuyendo, las discordancias del cuerpo y de la existencia mortal desapareciendo, y ocupando el lugar, la excelencia, la salud continua, y la felicidad. Esto ocurre porque ha aceptado y deja que reine en su consciencia la actividad de la Iglesia.

Si vemos que “la estructura de la Verdad y el Amor” nos abraza, la Iglesia nunca deja de activarse a sí misma en nuestra vida. Nos protege contra las sutilezas del mal. Uno que sabe que uno está dentro del Espíritu, tiene la comprensión que no hay nada fuera del Espíritu. Nada existe que sea desemejante a la substancia de Iglesia.

La actividad de la Iglesia continúa constantemente dondequiera que esté un Científico Cristiano activo dado a la oración. El esperar ver a la Iglesia expresarse de un modo singular, por así decirlo, en nuestra experiencia individual, nos abre la puerta mental para ver que se evidencie a sí misma en una actividad productiva y exitosa en un campo más amplio.

La Sra. Eddy escribe: “Dios requiere todo nuestro corazón, y Él proporciona, dentro de los anchurosos canales de La Iglesia Madre, ocupaciones y deberes suficientes para todos sus miembros”.Manual de La Iglesia Madre, Art. VIII, Sec. 15.

La idea espiritual de Iglesia activa el poder verdadero de Dios entre los hombres. Pero necesitamos comprender la Iglesia y reconocer su presencia. Haciendo esto, la ayudaremos a cumplir su propósito, para que lleve a cabo su misión exitosamente. Podemos esperar que la verdadera idea de Iglesia influya y cambie nuestro mundo.

En tanto la Iglesia es claramente comprendida y expresada, no admite odio, sólo la evidencia de la Verdad y el Amor. No admite guerras y actos vengativos, ni ambiente contaminado, ni prácticas comerciales injustas, ni favoritismo hacia un individuo o raza. Cada idea, cada individuo, que mora dentro del Principio divino, la substancia de Iglesia, es mantenido en un estado de abundancia. ¿Dónde, entonces, podemos ver envidia, celos, falta de honradez, pobreza? La Iglesia es el poder que despierta a la humanidad a la comprensión de que cada individuo siempre ha morado en el cielo.

¿Es de extrañarse que los Científicos Cristianos amen La Iglesia Madre y la idea espiritual que representa — de que quieran expresar gratitud por su influencia en su vida? ¿Podría cualquier servicio o sacrificio ser demasiado grande para ayudarla a que cumpla su misión sanadora dondequiera que la materialidad pretende presentarse? Si realmente comprendemos lo que es la Iglesia y dónde se encuentra, es imposible responder a estas preguntas negativamente.

Necesitamos continuar sabiendo y regocijándonos en el hecho de que la Iglesia es una idea divina, y que está presente allí mismo donde estamos nosotros y todos los individuos. Para el bien de toda la humanidad, necesitamos comprender esta verdad consecuentemente, continuamente.

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