Dios se revela a la humanidad por medio de Su omnipresente Cristo sanador. El Cristo, como claramente lo explica la Ciencia Cristiana, trae a luz la verdad de todas las cosas. En primer lugar, está la verdad de que Dios es Espíritu omnipotente, Vida imperecedera, Amor eterno. Luego está la verdad acerca del hombre, que es el hijo de Dios, el reflejo puro de la Vida, la Verdad y el Amor. Jesús percibió este hombre genuino y único como su identidad espiritual y demostró el poder sanador que acompaña la comprensión verdadera de Dios y del hombre. Por eso mereció el derecho de ser llamado Jesús el Cristo, siendo Jesús su nombre y el Cristo su título. En esto vemos la posibilidad de salvación para todos, ya que cada individuo posee la habilidad para lograr lo que Jesús ejemplificó para todos, o sea, el conocimiento de su identidad verdadera como hijo de Dios.
Hace algún tiempo un Científico Cristiano estaba orando por las actividades de la iglesia filial en su comunidad. Estas palabras de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud vinieron a su pensamiento con toda claridad: “El Cristo es la idea verdadera, proclamando el bien, el mensaje divino, que viene de Dios a los hombres, hablando a la consciencia humana”.Ciencia y Salud, pág. 332; Se dio cuenta de que el mensaje del Cristo, que habla a la gente en nuestra comunidad hoy en día en la Ciencia Cristiana y como la Ciencia Cristiana, llega en una forma que todos pueden entender porque les habla tanto con obras como con palabras. “Naturalmente”, pensó, “el Cristo como ‘el mensaje divino, que viene de Dios a los hombres’, ya está presente, en cierto grado, en la consciencia de cada hombre, mujer y niño en la comunidad. Yo no tengo que llevárselo a ellos”.
La misión del Cristo es destruir el pecado y traer a cada angustiado corazón, consuelo, curación y redención. El Cristo revela el tierno amor de Dios por el hombre; conforta a los quebrantados de corazón, proporciona una guía infalible. El Cristo se manifiesta a sí mismo a la gente en nuestra comunidad y a nosotros, allí mismo donde estamos, despertándonos a lo que realmente somos — los hijos y las hijas de Dios, puros, honestos, libres, completos, creados a la semejanza de Dios y señoreando sobre toda la tierra. La actividad del Cristo echa fuera los errores del pensamiento mortal — el pecado, la enfermedad y la muerte — y lo hace hoy en día como lo hizo en tiempos de Jesús. Puesto que una dificultad humana no es más que un pensamiento erróneo exteriorizado, al mantener la verdadera idea espiritual nos liberamos mediante la destrucción del concepto falso. En cualquier situación, el Cristo, la idea verdadera de Dios, está presente para sanar y salvar.
Al día siguiente, el Científico Cristiano tuvo una prueba de que tal comprensión del poder del Cristo, la Verdad, la presencia del poder de Dios siempre activo en la consciencia humana, trae resultados tangibles. Una mujer que necesitaba desesperadamente de ayuda y consuelo lo llamó por teléfono. Había pensado en suicidarse. En su desesperación buscó apoyo en Dios y oró pidiendo que la guiara. Es de gran inspiración ver cómo el Cristo tocó el pensamiento de esta mujer en ese grado de receptividad, y guió sus pasos. Primero, recordó de pronto que años antes ella acostumbraba viajar en auto al trabajo con un amigo que era Científico Cristiano, y a quien ella admiraba por las muchas cualidades de pensamiento que expresaba. Después, se le ocurrió llamar a La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana. La telefonista que la atendió le dio el número de teléfono del hombre a quien llamó después.
Tuvieron una conversación muy inspiradora. El Científico Cristiano sintió que no era él, como persona humana, quien estaba contestando las preguntas que se le hacían, sino que su conversación era prueba del Cristo en acción. Como el Maestro lo dijo una vez: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Mateo 18:20; El Amor divino, a través de la benigna ayuda del Cristo, la Verdad, había respondido a las necesidades inmediatas de esta mujer, y ahora el Científico Cristiano podía alentarla a visitar la Sala de Lectura local y a asistir a los cultos de la iglesia. Una experiencia como ésta prueba cómo cada uno de nosotros puede ser un buen samaritano para la gente de su comunidad.
El Cristo aparece en el pensamiento humano cuando más necesitamos de ayuda, iluminación y apoyo. Aun cuando nuestra situación humana sea difícil, el Cristo nos capacita para aceptar y comprender la presencia de Dios y Su amor infalible. Sin duda, hay muchas personas en nuestra comunidad que están anhelantes de tener una mejor comprensión de Dios y de Su Cristo. Están aquellos que tienen curiosidad intelectual, convicciones morales, y aspiraciones espirituales. Sin darse cuenta, todos ellos están buscando lo que la Ciencia Cristiana tiene para ofrecer. Ellos necesitan nuestras oraciones. Necesitan nuestra iglesia. Necesitan nuestras oraciones. Necesitan nuestras Salas de Lectura. Necesitan nuestro tierno interés. Necesitan nuestra invitación. Están esperando que dejemos brillar nuestra luz. Debemos incluirlos en nuestro afectuoso pensamiento.
Las actividades de nuestra iglesia filial traen la luz del Cristo sanador, la Verdad, a la gente de nuestra comunidad, de modo que todos aquellos que moran en la obscuridad del temor y la ignorancia, los que se consideran mortales, los que quizás han perdido de vista su filiación con Dios, y actúan como si estuvieran separados de Él, puedan, en una forma muy práctica, experimentar la verdad de las palabras de nuestra Guía, la Sra. Eddy: “Sólo hay un Cristo. Y desde la eternidad hasta la eternidad este Cristo nunca está ausente. En la duda y en la obscuridad decimos, como la María de antaño: ‘No sé dónde lo han puesto’. Mas cuando contemplamos al Cristo caminando sobre el torvo mar de la tierra, como Pedro, creemos en la segunda venida, y quisiéramos caminar más cerca de Cristo; pero nos encontramos tan lejos de incorporar la Verdad que a menudo esta tentativa fracasa considerablemente, y gritamos: ‘¡Señor, sálvame, o perezco!’ Entonces encontramos que el tierno y amoroso Cristo está cerca, dando ayuda, y estamos a salvo de nuestros temores”.Message to The Mother Church for 1900, 7;
Una de las conversaciones más importantes que se entabla en nuestras comunidades, es entre nuestra iglesia filial y la gente de nuestro pueblo o ciudad. La comunidad nos habla por medio de sus necesidades. Nosotros le hablamos a ella por medio de los cultos religiosos de nuestra iglesia, nuestras conferencias, nuestro patrocinio al comercio que se anuncia en el The Christian Science Monitor, y a través de la verdad demostrada en nuestro diario vivir. Todas estas actividades requieren una preparación cuidadosa y devota. Entonces nuestros servicios probarán que son una gran demostración de amor; ellos sanarán. El intento del magnetismo animal sería el de materializar nuestro pensamiento en tal forma que no veamos las grandes oportunidades para sanar.
¿Qué podemos hacer como miembros de la iglesia para preparar nuestro pensamiento en pro de los servicios de nuestra iglesia? En primer lugar, tenemos que enfrentar y vencer en nuestro propio pensamiento la resistencia de la mente carnal a la idea espiritual. Este trabajo metafísico fundamentará todo lo que sea necesario para la inspirada actividad de la iglesia. También es muy importante el estudio diario de la Lección-Sermón, que se publica en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Es una diaria consulta con nuestro pastor impersonal, la Biblia y Ciencia y Salud. Mientras nos ayuda a espiritualizar nuestro pensamiento y a encontrar la solución a nuestros problemas, la Lección-Sermón también prepara nuestro pensamiento para el culto dominical. Vamos para escuchar las citas de las Escrituras y de nuestro libro de texto, que hemos estudiado durante la semana. Compartimos nuestra inspiración y la comprensión espiritual recién obtenida, con toda la congregación.
Me ha ocurrido muchas veces que después de haber estudiado la lección durante toda la semana, al escucharla en el culto dominical, una determinada sección, o un párrafo específico, me ha sido súbitamente iluminado — iluminado más allá de todo lo que había experimentado durante mi propio estudio en silencio. Estoy seguro de que muchos de nosotros hemos tenido una experiencia similar. Estos momentos de iluminación, ¿no son acaso en gran parte el resultado de la unidad y unión de pensamiento hecha posible por la reunión de muchos sinceros buscadores de la Verdad? La Sra. Eddy declara: “Los rayos de la Verdad infinita, cuando se concentran en el foco de ideas, traen la luz instantáneamente, mientras que mil años de doctrinas humanas, hipótesis y vagas conjeturas no emiten tal fulgor”.Ciencia y Salud, pág. 504;
Cada uno de nosotros, por lo tanto, contribuye substancialmente a la atmósfera sanadora e inspiradora de los servicios de nuestra iglesia. Si nos hemos preparado cabalmente para estas ocasiones mediante el devoto trabajo metafísico, podemos extender a la gente de nuestra comunidad la amorosa invitación “Venid, comed”. Juan 21:12;
Cristo Jesús aseguró a sus seguidores que el Cristo, la idea verdadera de Dios, estaría siempre a su disposición para iluminar el pensamiento, para guiar, fortalecer y apoyar. Él dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20. Sabemos también que el Cristo, la Verdad, como se revela en la Ciencia Cristiana, nunca puede abandonar a nuestros seres queridos, amigos y a toda la humanidad, y que seguirá iluminándolos, protegiéndolos y sanándolos. El Cristo nunca abandonó a nadie. No podría. El reconocimiento de esto capacitará a todo sincero buscador de la Verdad a probar progresivamente su identidad verdadera como la perfecta idea espiritual de Dios, no alcanzado por el mal, para siempre en el cielo.
