Necesitamos únicamente sintonizar la televisión o poner la radio o echar un vistazo a un quiosco de periódicos, y ahí está la palabra: carencia. Se nos dice constantemente que el mundo está lleno de pobreza, crimen, contaminación, guerra. Se nos muestra muy a menudo la vida como desprovista de alegría, salud, armonía, amor fraternal o libertad.
¿Será posible que una deficiencia forme parte del universo creado por Dios, el bien máximo? Si la escasez es creada por Dios, ¿puede ser superada? La respuesta plausible a las creencias en la escasez basadas en un sentido material de la existencia se encuentra en el estudio y la práctica de la metafísica cristiana expuesta en las enseñanzas de Mary Baker Eddy.
La Sra. Eddy explica en el libro de texto, Ciencia y Salud: “La metafísica es superior a la física, y la materia no entra en las premisas o conclusiones metafísicas. Las categorías de la metafísica descansan sobre una sola base, la Mente divina. La metafísica resuelve las cosas en pensamientos y reemplaza los objetos de los sentidos por las ideas del Alma”.Ciencia y Salud, pág. 269;
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