Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La buena madrastra

[Original en alemán]

Del número de agosto de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En Munich, Alemania, hay un parque zoológico grande, y muchas clases de animales viven allí — sobre rocas, en el agua, casi como en el lugar en que nacieron. La gente muchas veces va al parque a visitar a las familias de animales. Éstas son verdaderas familias. Al igual que entre las personas, hay papás y mamás que cuidan de sus pequeños, les enseñan a jugar y los protegen. Hay familias felices compuestas de papás, mamás y pequeñas jirafas; monitos bebitos con mamá mono y papá mono, y muchas otras especies de animales. Pero un día, algo increíble ocurrió entre todas estas familias. Un tigre bebito estaba en una jaula con una mamá perrita — una mamá terrier que le estaba dando de mamar al tigre bebito. Esto ocurrió porque el tigrecito no tenía a su mamá tigre. La perrita, además de darle de comer al tigre bebito, lo cuidaba cariñosamente como si fuera su cachorrito.

El tigre bebito y la perrita eran muy diferentes, pero la madrastra perrita no lo veía así. Ella amaba al tigrecito, y él aceptaba este amor. La perrita no se preocupaba porque el tigre bebito no era de su familia de perritos. Seguramente sentía que el tigrecito necesitaba ayuda.

¿Cómo pudo sentir esto y ayudar al tigre bebito? Cuanto más entendemos la creación de Dios, perfecta y espiritual como Él la hizo, tanto más descubrimos que está llena de amor — todo y todos en la gran familia de Dios lo reflejan a Él. Por eso es natural que las mamás y los papás amen a sus hijos, y que hermanos y hermanas se amen unos a otros. Y es natural que una madrastra ame también. Ella es verdadera familia.

Nadie puede estar sin amor de madre. Mary Baker Eddy, que descubrió la Ciencia Cristiana, dice en su libro Ciencia y Salud: “El Amor, el Principio divino, es el Padre y la Madre del universo, incluso el hombre”.Ciencia y Salud, pág. 256;

Así como en el caso del tigrecito en que fue necesario que la mamá tigre fuera rápidamente reemplazada por otra mamá, a veces también es necesario en una familia humana hacer lo mismo cuando el lugar de la mamá queda vacío. El Amor lo llena nuevamente. La Biblia promete: “Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros”. Isa. 66:13. Esto es lo que Dios les está diciendo a todos Sus hijos, grandes y pequeños. Sus palabras tienen poder, y Él cumple Sus promesas.

En el gran cuidado de Dios no hay vacíos; cada espacio está lleno — a veces por una mamá adoptiva, o por un ama de llaves, o por otros amigos. Pero el amor siempre está allí.

Esto también es verdad para tus pequeños animalitos, perritos o gatitos, canarios o conejos. Generalmente no toda la familia del animalito está contigo en tu casa y tú mismo tienes que darle amor. Lo cuidas, lo mantienes calientito y le das de comer, como una madrastra o padrastro. Dios te mostrará cómo ser uno bueno.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / agosto de 1976

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.