Conocí la Ciencia Cristiana
Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. hace varios años, gracias a una curación sumamente maravillosa. Una tarde, cuando buscaba en la sección religiosa de una biblioteca pública un buen libro sobre la religión cristiana que me ayudara a conocer a Dios, sentí de repente la más maravillosa sensación de paz y seguridad, y en lo más profundo de mi ser me di cuenta de que Dios ya había contestado mi oración. Fui guiado a determinado estante en donde vi un libro titulado Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy.
Ya desde la época en que iba a la escuela estudiaba la Biblia con dedicación y devoción, y había hecho alrededor de una docena de cursos de la Biblia por correspondencia ofrecidos por diferentes organizaciones. De hecho, en cierta ocasión una organización de otro país me ofreció una beca completa para ir a estudiar a uno de sus seminarios, estudio que me permitiría llegar a ser ministro. No acepté ninguna de estas enseñanzas porque senti dentro de mí que les faltaba el conocimiento de la verdad. En esa época no conocía para nada la Ciencia Cristiana.
La segunda parte del título de este libro me llamó la atención inmediatamente: Clave de las Escrituras. Abrí el libro y al leer la primera frase del Prefacio (pág. vii): “Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones”, sentí un profundo deseo de pedir prestado el libro enseguida. Esa noche lei casi seis capítulos. Cuando me acosté, sentí dentro de mí una paz y satisfacción verdaderas y la confianza y seguridad de que finalmente había terminado mi búsqueda de la verdad. En una semana leí todo el libro y esto fue el momento decisivo en mi vida.
Cuando leí el libro por segunda vez, lenta y sistemáticamente, encontré muchas afirmaciones reconfortantes del poder y de la presencia de Dios, y de Su amor hacia Su hijo, el hombre. Poco a poco aumentó mi comprensión acerca de lo que Dios es y cómo uno puede demostrar dominio y liberar su vida de las discordancias — el pecado, la enfermedad y la carencia.
Cuando con gran gozo había terminado de leer por segunda vez el libro de texto de la Ciencia Cristiana, encontré que había sanado completamente de diabetes, del hábito de fumar y de beber. También experimenté un verdadero cambio de pensamiento y de carácter, y sentí que había dejado de lado mucho de lo que identifica al “viejo hombre”, como escribe Pablo. También pude dejar de usar lentes, aunque había tenido una vista muy débil y los había usado en forma permanente desde la edad de trece años.
Entre las bendiciones que he tenido está la de haber tomado clase de instrucción Primaria de un maestro de Ciencia Cristiana muy comprensivo, y la de concurrir a las asociaciones. Estoy muy agradecido por las Lecciones-Sermones del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana inspiradas por Dios, que me guían e inspiran diariamente, y por todas las otras publicaciones periódicas, que traen artículos instructivos e inspirados que proporcionan beneficios espirituales permanentes.
El ser miembro de La Iglesia Madre y de un grupo de Científicos Cristianos ha sido para mí una fuente de crecimiento espiritual. Este testimonio es únicamente un intento muy humilde de expresar gozosamente mi verdadera gratitud y agradecimiento sincero por el Amor divino, por Cristo Jesús, el Mostrador del camino, por la Sra. Eddy, nuestra gran Guía y Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, y por todos los trabajadores entusiastas del Centro de la Ciencia Cristiana en Boston.
Mount Lavinia, República de Sri Lanka
Todas las curaciones relatadas por mi esposo son verdaderas. Al ver el cambio experimentado en su vida al seguir las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, leí el notable libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Luego de leer el libro me sané completamente de catarro crónico y de sinusitis. Esto me llevó a aceptar la gloriosa doctrina de la Ciencia Cristiana.
Doy gracias a nuestro Padre-Madre Dios, a Cristo Jesús, a la Sra. Eddy, por todas estas maravillosas curaciones y bendiciones que mi esposo, mis hijos y yo hemos experimentado en la Ciencia Cristiana.
Soy miembro de La Iglesia Madre, de un grupo de Científicos Cristianos, y soy Segunda Lectora. La clase de instrucción recibida de un maestro de Ciencia Cristiana fue uno de los más gozosos e inspirados momentos de mi vida. Estoy realmente agradecida.
