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ESCUELA DOMINICAL

[Esta columna aparece trimestralmente en El Heraldo de la Ciencia Cristiana.]

La Lección-Sermón: Su aplicación en la enseñanza de la Escuela Dominical

Del número de septiembre de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

The Christian Science Journal


[Este artículo sobre la Escula Dominical aparece en inglés en el The Christian Science Journal de esta misma fecha.]

¿Cuál es el lugar exacto de la Lección-Sermón en la enseñanza de la Escuela Dominical?

No puede ser un lugar secundario por cuanto la Sra. Eddy nos dice que la prosperidad misma de la Ciencia Cristiana depende en gran manera de la lección. (Ver Manual de La Iglesia Madre, Art. III, Sec. 1.)

Sin embargo, la experiencia ha demostrado que una lectura rutinaria de la lección durante toda la hora de clase, o el utilizar esa hora haciendo que los alumnos expliquen lo que cada una de las citas significa, no constituye enseñanza verdadera, ni cumple este procedimiento con el requisito del Manual (ver Art. XX, Secs. 2 y 3) de adaptar nuestra instrucción a las necesidades del alumno. Además, en lugar de incrementar el interés del alumno y su entusiasmo por la Ciencia Cristiana, estos procedimientos pueden dejar al alumno con la impresión de que el estudio de la lección es una tarea semanal que debe cumplirse, en lugar de ser una alegría infinitamente expansiva y una fuente divina de soluciones para sus problemas.

El otro extremo, igualmente inadecuado, sería no hacer mención alguna de la lección durante la clase.

Tal vez un plan mejor sería emplear la lección en el momento y de la manera que mejor se adapte a las necesidades de la clase. Cuando este procedimiento surge del amor profundo que los maestros sienten por la lección y de su propia aplicación práctica de la misma durante la semana, este procedimiento establece un modelo que los alumnos pueden emular.

Presentamos aquí algunas ideas que han tenido éxito en ayudar a los alumnos a apreciar y utilizar las Lecciones-Biblicas en forma regular. Las agrupamos más o menos según la edad de los alumnos.

Niños pequeños

Aun cuando los niños no estén en la edad de leer, se les puede enseñar que la lección existe, que utiliza la Biblia conjuntamente con Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, y que muchas declaraciones hermosas y beneficiosas se pueden encontrar en ambos libros.

Los alumnos pueden — aun los más pequeños — escuchar relatos bíblicos de la lección de esa semana y aprender de memoria pasajes bien conocidos y amados que aparecen en Ciencia y Salud, como “el Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana” (pág. 494). Esto los ayudará a anticipar alegremente el momento en que puedan leer la lección por sí mismos.

Aun los más pequeños pueden aprender a familiarizarse con estos dos grandes libros y a manejarlos con amor y reverencia.

A los pequeños les atrae la cruz y la corona en la tapa del libro de texto, y no es difícil enseñarles algo sobre el significado de cada uno de ellos en términos que puedan comprender. Están en condiciones de comprender qué es alimento, y se les puede enseñar que la Lección-Sermón provee alimento espiritual, alimento fresco, cada semana. El relato del maná que alimentó a los hijos de Israel es apropiado para esto.

[Preparado por la Sección Escuela Dominical, Departamento de Filiales y Practicistas.]

Niños de mayor edad

El estudio realmente profundo de la lección puede iniciarse a una edad maravillosamente temprana. A veces menospreciamos la habilidad y el deseo de los alumnos de ahondar profundamente en la Ciencia Cristiana. Si no los proveemos con la cantidad de “alimento” de la Palabra que ya pueden asimilar, es posible que los hagamos perder su interés.

Podemos mostrarles que un concienzudo estudio de la lección puede abrir zonas de pensamiento inexploradas, y que a través de este estudio y de su aplicación práctica pueden llegar a ser verdaderos pioneros de esta época. La Sra. Eddy dice en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 158): “Vivimos en una época de la divina aventura del Amor, en la cual éste demuestra ser Todo-en-todo”.

Varios maestros han escrito a La Iglesia Madre sobre el empleo de la lección en la enseñanza de la Escuela Dominical. Uno de ellos dice: “Trabajando siempre para comprender y practicar la Ciencia Cristiana más eficazmente mediante mi propio estudio de la lección, y manteniendo la lección en mi pensamiento todo el día durante toda la semana, encuentro que puedo impartir a la clase la utilidad y el poder de la lección.

“Durante la hora de clase empleo pasajes de la lección de la semana para que guíen nuestro pensamiento e intercambio de ideas. Siempre encuentro algo en la lección que satisface toda necesidad que surge en nuestra clase”.

Esta maestra encuentra que esta manera algo indirecta de abordar la lección, tiene mucho éxito con sus alumnos.

Otra maestra que da importancia principal a la lección en sus planes de la Escuela Dominical dice que alienta a sus alumnos a estudiar la lección durante la semana anterior para que el intercambio de ideas en la clase pueda ser animado e iluminado por lo que han aprendido. Les muestra además a sus alumnos cómo investigar la lección de una manera más profunda, y a ponerla en práctica.

Este trabajo de investigación puede incluir la búsqueda en un buen diccionario de la exacta — y algunas veces variada — definición y origen de palabras claves contenidas en una oración, como por ejemplo, las palabras infinito, imagen, perfecto, adamantino. Luego puede alentarse al alumno a ver cómo estas importantes palabras — y las ideas que representan — pueden ser aplicadas a la vida diaria. Por ejemplo, un estudio de la palabra “infinito” puede ampliar la percepción que un adolescente pueda tener acerca de Dios, abriéndole así mayores oportunidades de empleo o amistades felices y sanas.

Otra forma de investigación podría ser la elección de una frase familiar de Ciencia y Salud, tal como “espiritualización del pensamiento” (pág. 382), y estudiar lo que escribe la Sra. Eddy sobre el tema en otras partes. Esto impregnará el pensamiento del alumno con la verdad básica y la convicción de que tiene poder y puede ser demostrada. Si es que piensa que es un aprendiz lento, o que sus compañeros de colegio lo intimidan, su creciente comprensión de lo que el pensamiento espiritualizado puede lograr, le mostrará cómo sanar la situación.

O bien el alumno puede dedicar tiempo a pensar sobre un relato bíblico incluido en la lección de la semana — pensar sobre el ambiente histórico en que aconteció, sobre el carácter del principal actor en ella. El Apéndice B de las Concordancias le indicará lo que la Sra. Eddy puede haber escrito sobre el incidente. Entonces puede preguntarse: “¿Cómo puede aplicarse esta historia a mi vida y carácter?” Por ejemplo, la amistad entre David y Jonatán bien puede enseñarle al alumno a buscar cualidades de perseverancia y fidelidad en sus propias amistades.

A la gente joven se le puede enseñar a estudiar la lección profundamente haciéndose preguntas desafiantes, tales como: “¿Por qué, según mi parecer, fue incluido en la lección ese relato bíblico? ¿Qué explica esta cita de Ciencia y Salud acerca del relato bíblico?” Algunas veces las preguntas sobre la correlación ayudan; por ejemplo, la correlación entre una cita y la siguiente, la correlación entre el Texto Áureo y la lección misma, la correlación entre el tema de la lección y los problemas de hoy. Finalmente, los maestros pueden familiarizar a los alumnos con las concordancias, diccionarios y otros libros de referencias, y mostrarles cómo estos recursos pueden utilizarse en relación con la Lección-Sermón.

Además de aprender cómo examinar la lección más profundamente, se puede ayudar a los alumnos a ver el poder protector de ésta. Por ejemplo, con las clases de alumnos mayores, es útil recordar que hoy en día los jóvenes necesitan una defensa especial contra la creencia de que el libertinaje significa libertad. La lección los provee con esta defensa diaria. Puede servir de silencioso guardián de la consciencia; se puede guiar a la gente joven a reconocer este hecho sobre la lección, y a ser bendecida por ello.

Es necesario que cada uno de nosotros anule la resistencia del mundo a la Lección-Sermón. Innumerables personas alrededor del mundo estudian esta lección diariamente, y así la consciencia humana en general está siendo perpetuamente animada a elevarse a niveles más altos. La mente mortal reclama el poder de resistir cualquier cosa que revele su nada, y esta resistencia puede aparecer como falta de voluntad del alumno o del maestro para estudiar la lección. También puede que se manifieste como falta de habilidad del maestro para discernir una manera natural y fácil de relacionar la lección con el intercambio de ideas en la clase. Cuando nos damos cuenta de que el culpable es el ineficaz magnetismo animal, no la persona, podemos sobreponernos muy bien a esta resistencia.

La lección une a todos los estudiantes de la Ciencia Cristiana en un mutuo desarrollo espiritual. Es el curso de estudio de un Científico Cristiano. No puede quedar fuera de la Escuela Dominical. El maestro que ha estudiado la lección y la ha hecho parte de su consciencia durante toda la semana enseña con mayor entendimiento y más comprensivamente. El alumno que ha hecho lo mismo trae a la clase un estado iluminado de pensamiento que está predispuesto a aceptar nuevas ideas sin resistencia, y que está preparado para explorar nuevos conceptos mentales.

Nuestras Lecciones-Bíblicas son un medio muy práctico de autoenseñanza en la Ciencia Cristiana, y ciertamente ningún alumno debe abandonar la Escuela Dominical a la edad de veinte años sin tener una profunda apreciación de esta gran dádiva. Estas lecciones son únicas en el mundo de hoy. Sus divinamente inspirados temas contrarrestan las variadas pretensiones de la mente carnal con las verdades espirituales de la Mente divina, y lo hacen con poder omnipotente.

Bibliografía que se recomienda:

1. Manual de La Iglesia Madre: Artículo XX.

2. La serie publicada en El Heraldo de la Ciencia Cristiana en 1975: “Cómo estudio la Lección-Sermón”.

¿Querría usted compartir sus experiencias en la enseñanza de la Lección-Sermón? Apreciamos ideas y ejemplos de su utilización para compartirlas con otros. Escriba a:

The First Church of Christ, Scientist
Department of Branches and Practitioners
Sunday School Section
Christian Science Center
Boston, MA, U.S.A. 02115


Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,
y estad atentos, atentos, para que conozcáis cordura.
Y él me enseñaba, y me decía:
Retenga tu corazón mis razones,
guarda mis mandamientos, y vivirás.
Sabiduría ante todo;
adquiere sabiduría;
y sobre todas tus posesiones
adquiere inteligencia.
Por el camino de la sabiduría
te he encaminado,
y por veredas derechas
te he hecho andar.
Retén el consejo, no lo dejes;
guárdalo, porque eso es tu vida.

Proverbios 4:1, 4, 7, 11, 13

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