¿Ha estado usted alguna vez enfrentando falta de dinero? La que escribe se encontró en cierta ocasión muy afectada por el alto costo de la vida, lo que la obligaba a limitar sus actividades cada vez más. Como Científica Cristiana, sabía que éste era un problema que podía solucionarse así como puede solucionarse un problema de salud.
Comenzó a orar pidiéndole a Dios que le revelara Su abundante y siempre presente provisión del bien. Diligentemene estudió la Biblia y los escritos de la Sra. Eddy. Varios relatos bíblicos llamaron su atención. Tenían algo en común. Moisés en el desierto (ver Éxodo 16 y 17), Élías en Sarepta (ver 1 Reyes 17) y Jesús en Galilea — todos demostraron que allí mismo donde para los sentidos materiales parecía haber muy escasa provisión, en realidad estaba la abundancia ilimitada del Espíritu.
El Científico Cristiano está aprendiendo a negar la realidad de la materia a la luz de la totalidad del Espíritu divino. Si la materia en la forma de dinero parece a veces ser especialmente real, esto no quiere decir que sea así. Cuando la sugestión de que hay poco dinero y que no alcanza es agresiva, podemos vencer este error mediante la comprensión de que Dios, la Vida, mantiene en Sí mismo fuentes infinitas de bien. La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: “La Vida es, siempre ha sido, y siempre será independiente de la materia; pues la Vida es Dios, y el hombre es la idea de Dios, formado no material sino espiritualmente, y no propenso a la decadencia y al polvo”.Ciencia y Salud, pág. 200; Nuestra vida no depende del dinero más de lo que dependería de la materia física. Nuestra vida depende de Dios, que es la fuente de nuestra provisión.
Cristo Jesús dijo: “No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Mateo 6:24; Mas alguien puede preguntar: “¿No estamos todo el tiempo dependiendo del dinero? ¿No es acaso la costumbre trabajar para ganar dinero?”
La Ciencia Cristiana nos muestra que nuestro verdadero trabajo es el de ser testigos de Dios y de dar prueba de que Dios existe, que Él está presente y es omniactivo. Podemos expresar a Dios dondequiera que nos encontremos, ya sea en la oficina, en el campo o en nuestros hogares. Expresamos al Padre cuando reflejamos Su amor, Su inteligencia, Su orden, inspiración y poder, así como otras cualidades que Él imparte.
El Maestro también dijo: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. vers. 31–33; La provisión de Dios puede aparecer humanamente de distintas maneras. Puede mostrarse en un empleo más satisfactorio, o en una manera más sabia de manejar el ingreso que ya tenemos. Dios tiene infinitos caminos para bendecirnos y abastecer nuestras necesidades. Experimentamos escasez cuando tememos o cuando no reconocemos que nuestro Padre-Madre Dios está presente, cuidándonos.
La que escribe comenzó a vigilar muy bien sus pensamientos. Encontró que la creencia en la escasez era sumamente sutil cuando se trataba de dar lo que debía dar para apoyar a la iglesia. Comprendió que ésta era una obligación que debía cumplir primero. También debía pagar cualquier deuda que tuviera con negocios o personas. Si expresaba temor de que no hubiera suficiente provisión para cumplir con estas necesidades, estaría negando que Dios era capaz de ayudarla; también estaría negando de que ella reflejaba la abundancia de Dios.
Gradualmente su situación financiera comenzó a mejorar. También mejoró su hogar cuando comprendió que debía expresar en él orden, hermosura y amor.
La casa donde vivía era demasiado pequeña para contener a una familia de cinco personas. Necesitaba de pintura y arreglos, pero éstos no se habían hecho porque era una casa alquilada y los dueños se habían negado a hacerlo. Ella pensaba que como no era su propiedad no debía pintarla, pero pronto se dio cuenta de que ésta era una actitud errónea. Percibió que esta casita era su hogar por el momento y que debía hacer lo mejor posible con lo que tenía a mano. Comprendió que todo lo que tenía y hacía debía también bendecir a otros y que no perdería nada pintando la casa. Discernió que su hogar, su morada verdadera y espiritual, reflejaba en ese momento la infinita amplitud de Dios.
En menos de dos meses después de terminar de pintar la casa, se le presentó la oportunidad de comprar un terreno. El dinero para ello se obtuvo simultáneamente, y poco después pudo edificar una casa que cubría ampliamente las necesidades de la familia.
¡Cuán agradecidos podemos estar por la Ciencia del Cristo, la cual nos capacita para conocer a Dios y la realidad del ser!
Pero, ¿cómo podemos expresar gratitud cuando no vemos la abundancia y todo va mal; cuando la vida cada día parece más difícil? “Las quejas son pobreza, riqueza es gratitud”,Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 249; nos dice un himno. Hay muchas cosas en nuestra vida diaria, cosas maravillosas a las que ni siquiera prestamos atención; sin embargo, ellas son motivo de profunda gratitud y señales de la presencia de Dios, el Amor. Tenemos que negar con convicción que el hombre, el hijo bienamado de Dios, pueda carecer de cualquier cosa que sea buena, y afirmar con gratiutud que el bienestar y la abundancia son nuestros por herencia — cualidades espirituales que emanan de Dios y que el hombre refleja.
También aprendemos a reconocer que el dinero, si bien humanamente lo utilizamos para obtener comida, vestuario y otras cosas, no es causa de por sí. El dinero no es sustancia verdadera. Si creemos que el dinero puede producir condiciones de discordancia por su ausencia, o alegría por su abundancia, estamos basando nuestras conclusiones en la creencia material. Dios es la única causa; sólo Él da alegría, bienestar, paz. Sus ideas son sustancia verdadera.
No reflejamos abundancia porque tenemos mucho dinero; tenemos abastecimiento porque reflejamos la abundancia de Dios. El verdadero propósito de nuestro trabajo no es el de ganar dinero sino el de glorificar a Dios. De esta manera servimos a Dios en lugar de a las riquezas y basamos nuestro trabajo en la verdad espiritual del ser, la cual aporta abundante provisión.
La Sra. Eddy escribe: “Dios os da Sus ideas espirituales, y ellas, a su vez, os dan vuestra provisión diaria. Nunca pidáis para el mañana; es suficiente que el Amor divino es una ayuda siempre presente; y si esperáis, jamás dudando, tendréis en todo momento todo lo que necesitéis”.Miscellaneous Writings, pág. 307.
