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La bondad demuestra la Verdad

Del número de noviembre de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Puesto que una de las altas metas de todo Científico Cristiano es la de alcanzar la habilidad de demostrar la Verdad — y la bondad es la manera de alcanzarla — quiere decir entonces que el deseo de ser buenos tiene que ser nuestro constante propósito. La Sra. Eddy, dice: “Para vigorizar la sana guerra espiritual, para reprender la vanagloria, para contrarrestar la vacuidad jactanciosa, para coronar la labor paciente y regocijarnos en el espíritu y el poder de la Ciencia Cristiana, debemos ser sinceros nosotros mismos. Hay sólo una manera de hacer el bien, y ésta es haciéndolo. Hay sólo una manera de ser bueno, y ésta es siendo bueno”.Retrospección e Introspección, pág. 86; Para lograrlo tenemos el ejemplo de Cristo Jesús mostrándonos el camino.

Cristo Jesús vivió la verdadera naturaleza de la bondad y enseñó que ella se deriva de Dios. En cierta ocasión en que lo llamaron “Maestro bueno”, respondió: “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. Mateo 19:16, 17; Debido a su reconocimiento de su filiación divina, Jesús estaba dotado de bondad. Pero los confusos mortales, basando su origen en la materia, no emergen así no más a la bondad, ni ésta les llega simplemente de casualidad. La bondad tiene que ser cultivada o alcanzada mediante la obediencia a los requisitos — sí, a los mandatos — del Espíritu, Dios.

De manera, entonces, que la bondad es cuestión de obediencia, de volición, un acto de estar dispuestos a alcanzarla. Este estado se obtiene solamente a medida que uno está dispuesto a reformar y redimir su carácter humano, y a trabajar para lograrlo. La Ciencia Cristiana, como cualquier otra cosa, requiere diligencia, perseverancia, hasta faena laboriosa, si hemos de demostrarla con pericia. Vamos alcanzando la bondad a medida que sinceramente nos esforzamos por lograrla, y la vamos demostrando.

Jesús comprendió la Ciencia implicada en el inspirado mandamiento de Moisés: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”. Éx. 20:3; Fue basándose en el hecho científico de que no hay más que un poder absoluto, Dios, quien es totalmente bueno, gobernando al hombre y el universo, que Jesús demostró para el mundo el poder sanador de la Verdad. No tener más que un solo Dios Todopoderoso requiere comprender la naturaleza divina. La palabra “Dios” de por sí no imparte una comprensión completa y demostrable de la Deidad. La Sra. Eddy, mediante la revelación que tuvo de la verdadera naturaleza y esencia de Dios, ha hecho inteligible para la humanidad la Ciencia del ser. Nos dice: “Dios es Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, infinitos, incorpóreos, divinos y supremos”. También nos dice que estos términos son sinónimos. Y en la misma página, añade: “Los atributos de Dios son la justicia, la misericordia, la sabiduría, la bondad y demás”.Ciencia y Salud, pág. 465; Otros atributos son el amor, la pureza, la integridad, la armonía.

A medida que uno hace el esfuerzo consciente, momento a momento, de vivir de acuerdo con el mandamiento de no tener otro Dios que el único Ser supremo e infinito, como se describe y comprende en la descripción acerca de Dios y de los atributos divinos dada anteriormente, la bondad viene a significar mentalidad espiritual. Esta comprensión armoniza la existencia humana. Por ejemplo, al aceptar a Dios como Mente infinita, incorpórea, divina y suprema, cuya cualidad primordial es la inteligencia divina, uno concluye que al ser motivados por la justicia, la misericordia y la sabiduría — por los atributos de la Mente divina, estamos actuando inteligentemente y a la semejanza divina. También uno concluye que el ser injusto, indiferente, impuro y despiadado — condiciones mortales del pensamiento — es contrario a la naturaleza divina y lo separa a uno de la bondad, o mentalidad espiritual, que lo capacita para demostrar la Verdad.

Puesto que Dios es bueno y el origen de todo bien, la razón también nos dice que la bondad tiene que irradiar de cada aspecto de Su naturaleza como la expresa cada uno de los términos sinónimos que describe el carácter de la Deidad. Así es que, considerando cada uno de los otros sinónimos de Dios a la luz del primer mandamiento de tener un solo Dios, vemos que el mandato también significa renunciar al amor a la materia como si fuera sustancia, porque Dios es Espíritu; abandonar el sentido pecaminoso — todo lo que es impuro — porque Dios es Alma; dejar que la voluntad humana ceda al gobierno divino, porque Dios es Principio; renunciar al amor de cualquier sentido de vida como física y finita, porque Dios es Vida; rechazar cualquier postulado que se base en la realidad de un hombre material y de un universo material, porque Dios es Verdad; y expulsar de la consciencia todo odio, malicia, envidia, venganza, celos, ira y temor, y cualquier pensamiento que se derive de ellos, porque Dios es Amor. El Científico Cristiano sabe que es sobre la base de estas premisas que se logra la curación espiritual.

El primer mandamiento, aunque se exprese en el lenguaje más sencillo, adquiere un significado profundo cuando se lo comprende a la luz de la definición que la Sra. Eddy da de Dios. En verdad, un estudio de todos los Mandamientos con los siete términos sinónimos que describen los múltiples aspectos de la revelada naturaleza de Dios, proporciona una norma de conducta al pensamiento y a la acción de aquel que desea alcanzar el estado espiritual de bondad que demuestra la Verdad.

A fin de expresar una mentalidad más espiritual y demostrar la Verdad, necesitamos estar constantemente alerta a lo que nos motiva. ¿Coinciden los pensamientos con los atributos y cualidades de Dios o con sus opuestos? El análisis de conciencia es un peldaño hacia la demostración de la naturaleza a la semejanza del Cristo, hacia aquel estado espiritual de pensamiento ejemplificado por Jesús. Debiéramos preguntarnos: “¿Tengo un profundo y estable deseo de demostrar la bondad? ¿Estoy dispuesto a abandonar lo mortal por lo divino? ¿Estoy dispuesto a dejarlo todo por Cristo — es decir, a sacrificar los conceptos materiales de la vida para lograr la bondad?”

Dejarlo todo por Cristo no es una perspectiva lúgubre. El abandonarlo todo por Cristo no destruye ninguna de las alegrías de la vida. Al contrario, produce paz, salud y alegría, y no significa abandonar nada que sea bueno o que contribuya a la bondad, sino sólo acaba con lo que es finito, mudable y mortal. Dejarlo todo por Cristo trae armonía a la vida humana y demuestra la Verdad; en realidad, significa ganar todo el bien, salud, paz y armonía.

Las enseñanzas de la Ciencia Cristiana nos iluminan espiritualmente al darnos un método científico para razonar a fin de que la consciencia humana pueda ser inteligentemente receptiva a la bondad. Además, la naturaleza de la mentalidad humana es tal que requiere disciplina y reforma para liberarse de su resistencia a alcanzar lo espiritual. Demostrar inteligentemente los atributos de Dios en todas las situaciones, pese a lo discordantes que puedan parecer, también es un requisito. Esto elevará la consciencia humana al estado espiritual de bondad que demuestra la armonía.

Cristo Jesús no reconoció otra fuente de vida, sustancia e inteligencia, que no fuera la única Mente infinita, Dios. La bondad de Cristo Jesús lo capacitó para demostrar la Verdad durante todo su ministerio. Su bondad fue la manifestación más elevada del Amor divino. A medida que nos rehusamos continuamente a reconocer otra fuente de inteligencia que no sea Dios, la Mente infinita y única, el Amor divino que sólo conoce el bien, somos motivados por la justicia, la misericordia, la pureza y otros atributos divinos, y podemos así demostrar la verdad de la aseveración de la Sra. Eddy: “La bondad lleva a cabo la demostración de la Verdad”.ibid., pág. 2.

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