Cuando enfrentamos la desarmonía, la raíz del problema debe ser descubierta y destruida. Cuando hacemos esto, la discordancia queda eliminada. Jesús dijo: “Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada”. Mateo 15:13;
En el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, encontramos esta interesante declaración: “La Ciencia de la Mente acaba con todo el mal. La Verdad, Dios, no es el padre del error. El pecado, la enfermedad y la muerte han de clasificarse como efectos del error”.Ciencia y Salud, pág. 473; Puesto que la Mente divina no es el origen del mal ni del error ni de sus efectos, ¿de dónde vienen las enfermedades y las distintas tragedias que afectan a la humanidad? Obviamente no de Dios, el bien, o la Mente.
La mente mortal, el opuesto ficticio de la única Mente, es la culpable. Ahora bien, este falso estado insiste en ver un universo material y a un hombre hecho de materia. Esta supuesta mente parece también dominar sus conceptos erróneos. La mente mortal expresa sus propias creencias, pero estas creencias no son la verdad. No pueden aclarar la verdad acerca del universo y del hombre. La creencia siempre es cambiable. La mente mortal, con sus conceptos erróneos, es el error básico. Es la raíz de los problemas de la humanidad y puede ser eliminada únicamente por la Ciencia divina.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!