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Principio y reglas fijos

Del número de febrero de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hoy en día en que la gente se inclina a fabricarse su moral de acuerdo con las situaciones, las enseñanzas de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) sobre el tema atraen como una gran influencia estabilizadora. Esta Ciencia revela a Dios como el Principio fijo de la moral verdadera, y enseña cómo el Principio divino es demostrado mediante reglas fijas. Solamente el conocimiento del Principio y sus reglas puede destruir la ilusión de la materia y sus males que parece tan fija en el pensamiento humano. A pesar de que es obviamente temporal y destructible — el opuesto mismo del Espíritu inmortal, Dios — persiste la fija ilusión de la materia.

Es algo maravilloso tener un Principio fijo, al cual podemos recurrir en cualquier clase de dificultad humana y utilizar las reglas que brinda. El Principio divino no es una esencia vaga, ni es una norma de moral humanamente ideada por la sociedad para mantener la armonía. La Biblia llama al Principio nuestro Padre en el cielo, y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, escrito por Mary Baker Eddy, da particular significado al Principio como Amor divino.

La Sra. Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, dice: “Si la Biblia y mi obra Ciencia y Salud tuvieran su justo lugar en las instituciones de enseñanza, revolucionarían al mundo, promoviendo el reino de Cristo. Se requiere sacrificio, lucha, oración y vigilancia para comprender y demostrar lo que estos libros enseñan, porque encierran la Ciencia divina, con un Principio fijo, una regla dada y una prueba inequívoca”.No y Sí, pág. 33;

Por supuesto que es más fácil fabricar nuestro propio concepto de conducta moral para acomodar nuestra voluntad que renunciar a esa voluntad y obedecer la voluntad divina. La voluntad de Dios exige cualidades del Cristo, y ésta es una regla inflexible de la Ciencia divina. Jesús nos dio reglas fijas en su Sermón del monte. Las dio en su declaración de las dos leyes fundamentales de amar a Dios supremamente y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Las dio en parábolas y preceptos. Y los resultados que obtuvo al sanar y consolar y purificar a la humanidad muestran que la prueba de la afectuosa paternidad de Dios y la innata cualidad cristiana del hombre, merecen que se luche por ellas. Jesús se estaba refiriendo a un Principio fijo cuando dijo: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta”. Juan 7:16, 17;

No se pueden leer los cuatro Evangelios sin darse cuenta cuán plenamente obedeció Jesús la regla de hacer la voluntad del Padre. De hecho, dijo que había descendido del cielo para hacer esa voluntad (ver Juan 6:38). Siguiendo a Jesús al cumplir con ella, avanzamos la venida del Cristo, la idea verdadera de filiación, la realidad del hombre como la imagen obediente de Dios.

Obedecemos la regla fija de expresar las cualidades del Cristo cuando optamos por respetar a nuestro prójimo al obedecer los Diez Mandamientos. La rectitud moral es evidencia de que estamos dejando que la voluntad de Dios opere en nosotros. Durante innumerables generaciones ha estado operando en el pensamiento humano dondequiera que la humanidad ha sido humilde y obediente a Dios. La obediencia al Principio y a la regla, produjo grandes guías como Abraham, José, Moisés y los profetas. Y lo más importante de todo, la disposición del Maestro, Jesús, de resistir la locura del mal mediante su reflejo de la voluntad fija del Padre fue lo que le dio al mundo el cristianismo.

La Sra. Eddy obedeció la regla de expresar las cualidades del Cristo vivida por Jesús, y así fue que pudo revelar el concepto universal e incorpóreo del Cristo como el ideal divino. Puesto que Dios ha hecho a Su linaje semejante al Cristo, le es natural a la gente ser así. Si esto parece difícil y contranatural, la resistencia a la voluntad de Dios debe comprenderse como una ilusión y del todo contranatural. Mediante la Ciencia Cristiana muchos más están obedeciendo la regla de expresar las cualidades del Cristo de lo que jamás lo han hecho antes. Están demostrando el Principio y la regla fijos tan hábilmente que están sanando la enfermedad y el pecado y otras limitaciones de bien.

La Sra. Eddy dice: “El Principio infalible y fijo de toda curación es Dios; y este Principio debiera buscarse por amor al bien, por móviles más espirituales y desinteresados”.Miscellaneous Writings, pág. 232. Aquí nuevamente tenemos el Principio fijo y una regla fija, la regla que consiste en buscar a Dios en razón de nuestro amor al bien. Los estudiantes de Ciencia Cristiana debieran admitir el Principio, afirmar su presencia, declarar que gobierna su vida, amarlo, obedecerlo y expresar la perfección del Principio lo mejor que puedan.

Cuando utilizamos la regla divina de buscar el Principio por amor al bien, trabajamos mediante la oración con fines espirituales. No trabajamos por obtener una casa, sino por la idea verdadera de hogar. No trabajamos por tener autoridad, sino por la idea espiritual de autoridad — la autoridad de Dios. No trabajamos para tener un cuerpo sano, sino por la idea verdadera de salud como armonía espiritual. No trabajamos para prolongar la vida material, sino para demostrar la vida inmortal que Dios otorga. Siguiendo esta regla fija, vemos que nuestra vida humana se transforma e ilumina. Cuando verdaderamente nos damos cuenta de una idea verdadera, estamos utilizando una regla que es de inmensa importancia.

La obediencia a las reglas fijas demuestra el Principio fijo; y el error jamás puede refutar la prueba.

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