Durante años una mujer creyó que le sería imposible tener éxito en la profesión que había escogido. Escuchando devota e intensamente los mensajes de Dios, fue guiada a tomar las medidas preliminares para iniciarse en esa profesión a pesar de una situación monetaria aparentemente limitada.
A medida que los meses transcurrieron, las perspectivas, que al principio parecieron luminosas, se apagaron y sus entradas constantemente fueron disminuyendo. Las cuentas apremiaban. Con creciente desesperación la mujer se aferró firmemente al poder espiritual de la declaración de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud (interpretando espiritualmente las palabras del Padrenuestro “Venga Tu reino”): “Tu reino ha venido; Tú estás siempre presente”.Ciencia y Salud, pág. 16;
De súbito se dio cuenta de que lo único que necesitaba hacer era suprimir la oposición mental que se hacía pasar por su pensamiento — la mente carnal, que Pablo denominó “enemistad contra Dios”. Rom. 8:7; Se percató de que tenía que enfrentarse con la profunda convicción de que no podía subsistir sin un sueldo semanal y que sus entradas dependían de factores materiales “fuera de ella”.
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