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Los ángeles y los nervios

Del número de febrero de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Los hechos espirituales del ser, que existen en la Mente, Dios, son falsificados por las creencias falsas de la mente carnal o mortal. Una de esas creencias es que las funciones y facultades del cuerpo están gobernadas por los nervios, y que las alteraciones en el sistema nervioso ocasionan varios tipos de enfermedades.

Los electrobiólogos creen que la electricidad, generada químicamente en el cuerpo, puede estimular excesivamente los centros nerviosos mediante reacciones emocionales, causando así conmoción o enfermedad. Esta opinión de que los nervios gobiernan el cuerpo es refutada por la Sra. Eddy en Ciencia y Salud en la alegoría del juicio del Hombre Mortal. Escribe sobre la defensa del Hombre Mortal por su abogado, la Ciencia Cristiana: “Entonces Ciencia Cristiana demostró que el testigo Nervio era un perjuro. En vez de ser jefe en la Provincia del Cuerpo, en la cual se dijo que Hombre Mortal residía, Nervio era un ciudadano insubordinado, presentando falsas pretensiones al cargo y llevando falso testimonio contra el Hombre”.Ciencia y Salud, pág. 438;

Los Científicos Cristianos necesitan saber cómo dominar las pretensiones de los nervios y de la electricidad, pues éstos abarcan una amplia serie de las creencias que se enfrentan en la práctica sanadora de esta Ciencia. La Sra. Eddy dice al respecto: “Conociendo la pretensión del magnetismo animal, — que todo el mal se combina en la creencia de que hay vida, sustancia e inteligencia en la materia, la electricidad, la naturaleza animal y la vida orgánica, ¿quién negará que estos son los errores que la Verdad tiene que aniquilar y aniquilará?” ibid., págs. 450–451;

Las investigaciones médicas y sicológicas señalan que el pensamiento mortal es de carácter eléctrico, y esta influencia errónea, o sea, el magnetismo animal, parecería ser la forma por la cual la sugestión hipnótica pretende influir las mentes y los cuerpos mortales. Los versados en ciencias naturales creen que la materia misma está compuesta de fuerzas eléctricas giratorias.

La única forma en que el magnetismo animal puede operar es mediante sugestiones falsas. Pero no tenemos que aceptar tales sugestiones ya que podemos someter a prueba todas las impresiones para ver si vienen de los ángeles del sentido espiritual o si vienen del error. Dios, el Alma, siempre nos está comunicando Sus mensajes de armonía, pureza, amor y perfección. Cualquier cosa que no sea buena y espiritual no es real y, por lo tanto, debe rechazarse.

Puesto que todo error puede reducirse a influencia magnética animal, tenemos que dominar de manera específica este alegato de que la electricidad tiene poder e inteligencia. Hace más de un siglo nuestra Guía, la Sra. Eddy, reveló que la naturaleza de la electricidad es una forma de consciencia ilusoria. Nos dice en Ciencia y Salud: “La electricidad no es un flúido vital, sino la forma menos material de consciencia ilusiva, — un estado material, que carece de inteligencia y no forma eslabón alguno entre la materia y la Mente y que se destruye a sí mismo”.ibid., pág. 293; La electricidad es la falsificación de la Mente consciente, una falsificación que no tiene poder ni inteligencia y que se destruye a sí misma. La Mente divina es la única Mente, y el hombre a la semejanza de Dios expresa y refleja esta Mente eternamente.

El hombre verdadero no es un organismo eléctrico bioquímico con inteligencia centralizada en el cerebro. Él es la compuesta idea de Dios, facultado con energías espirituales y gobernado por la Mente, el Alma. Los ángeles del sentido espiritual nos hablan de nuestra identidad inmortal pura y espiritual como hijos perfectos de Dios. Los sentidos espirituales del Alma nos muestran la realidad del hombre como la expresión de Dios, el Espíritu, exento de las presentaciones mentirosas de la mente mortal.

Las sugestiones específicas del magnetismo animal, ya sean audibles o silentes, parecen operar en simpatizante asociación con estados mentales erróneos, tales como el odio, la envidia, el egoísmo, la morbosidad, los celos, la obstinación, la agresividad, la improbidad, el temor, así por el estilo. Donde éstos se abrigan, le es fácil al magnetismo animal proyectar, mediante el hipnotismo consciente o inconsciente, sus imágenes falsas conocidas como pecado, enfermedad y muerte.

Nuestro remedio consiste, entonces, en expulsar de nuestra consciencia, mediante la actividad purificadora y espiritualizadora del Cristo, todos estos estados negativos y abrigar sólo los pensamientos angelicales que emanan por siempre de Dios, el Alma, al hombre, Su idea. Estos pensamientos verdaderos son totalmente espirituales y perfectos, y declaran la realidad de nuestro ser como la imagen y semejanza de Dios. La verdadera consciencia no es un asunto de actividad cerebral. Es la Mente universal única, cuyo autoconocimiento el hombre refleja.

La Mente divina, no los nervios ni la electricidad, gobierna y dirige toda función y facultad del hombre verdadero mediante fuerzas y energías espirituales. Los ángeles del sentido espiritual son las impresiones, o mensajes, de Dios al hombre, que mantienen el nexo perfecto y permanente entre el creador y la creación. Por medio de la oración nos percatamos de estas intuiciones espirituales que nos imparten salud, pureza, espiritualidad, armonía y perfección, y nos dicen de nuestro linaje divino como hijos de Dios. El hombre, como la compuesta idea del Espíritu, nunca puede ser tocado por el magnetismo animal, el cual falsifica la comunicación verdadera de ideas espirituales que Dios imparte al hombre.

El poder del Espíritu divino, no la fuerza eléctrica, llena el universo creado por la Mente. La materia o electricidad no es poder, ni es inteligencia. La verdad que la electricidad falsifica es la inteligencia divina de la Mente universal, la cual gobierna y faculta a toda idea o identidad. La verdad que la creencia en los nervios falsifica, es la manifestación de la Mente consciente, el Alma, que gobierna y dirige al hombre por siempre en armonía y perfección. El hombre no es gobernado por el cerebro ni por el plexo solar; Dios es el centro y circunferencia mismo de su ser. El hombre expresa el poder omniactivo de la Vida, el júbilo y la libertad del Alma, la pureza de la sustancia espiritual, la inteligencia de la Mente. Sus funciones y facultades están perfectamente integradas y armonizadas, estando gobernadas por el Alma. Nunca pueden ser influidas por las pretensiones de los nervios o el magnetismo animal, alias consciencia mortal ilusoria, o mente carnal.

Para liberarnos de los ataques del magnetismo animal, los cuales se han intensificado hoy en día por la proliferación de sistemas mentales, el desarrollo del llamado poder mental, la mentalización de la existencia, y el pensamiento emocional que llenan el mundo, debemos estar alerta y defendernos diariamente. La Sra. Eddy incluyó en Ciencia y Salud el capítulo “El Magnetismo Animal Desenmascarado” para nuestra instrucción y protección. Muchas veces nos llama la atención a la necesidad de dominar metafísicamente a este dragón del sentido material.

En nuestra lucha espiritual con el dragón somos sostenidos por los ángeles de Dios siempre presentes, los cuales nos gobiernan y protegen. Comprendiendo nuestra unidad consciente con Dios como Su expresión, reflejamos la ley divina, la cual destruye al error. En el capítulo doce del Apocalipsis leemos cómo los ángeles de Dios destruyen a los ángeles del dragón y establecen el reino de la justicia. “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. Apoc. 12:9;

El dragón del magnetismo animal, que engaña al mundo entero con sus sugestiones mesméricas, ha encontrado su destructor: la Ciencia Cristiana, la cual enseña que la Mente divina es la única Mente y el único poder. Cuando los setenta discípulos regresaron y le dijeron a Cristo Jesús que hasta los demonios estaban sujetos a ellos gracias al Cristo, Jesús les dijo: “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”. Lucas 10:20;

Al conocer la realidad e integridad del Espíritu y la irrealidad y la nada de la materia o error, arrojamos al dragón, alias la mente carnal. Es el poder del Cristo, la Verdad, en la consciencia espiritualizada lo que destruye al error; y utilizamos este poder del Cristo al conocer la total impotencia y nulidad del error, y la totalidad del Espíritu.

En ese maravilloso salmo de protección leemos: “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón”. Salmo 91:11–13. ¡Cuán agradecidos estamos por esta revelación maravillosa, la Ciencia Cristiana, que nos está ofreciendo el remedio efectivo y único contra el error, o magnetismo animal, y nos está revelando la infinitud del bien espiritual!


Hermanos míos, fortaleceos en el Señor,
y en el poder de su fuerza.
Tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis
resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo,
estar firmes.

Efesios 6:10, 13

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