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La iglesia en acción

La iglesia en acción

Del número de julio de 1977 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Quieta comunicación en lugares de mucho tráfico

Justo en medio de una ocupada intersección de pasajeros en el aeropuerto internacional Logan, en Boston, se encuentra un estante cuadrado con información y literatura acerca de la Ciencia Cristiana. Cientos de pasajeros de líneas aéreas pasan por ese lugar cada día.

Otros muestrarios similares ocupan localidades estratégicas en el aeropuerto internacional de Minneápolis-St. Paul, y en el aeropuerto Jan Smuts, en Johannesburgo, África del Sur.

Sin embargo, los aeropuertos no son los únicos lugares donde se utilizan estas vitrinas. Varias iglesias filiales, incluyendo aquellas en por lo menos dos ciudades europeas (Florencia, Italia; y Basilea, Suiza), mantienen atractivas vitrinas, bien diseñadas, y de varios tamaños y estilos, en lugares céntricos de la ciudad.

El Comité Conjunto de Publicidad de 29 filiales en la región de Boston, que patrocina la vitrina del aeropuerto Logan, cree que es un medio muy útil y exitoso de emplear sus fondos de publicidad.

El objetivo principal de este comité de Boston al mantener una vitrina, es el de informar correctamente al público acerca de la Ciencia Cristiana. La distribución de literatura (de anaqueles pegados a la vitrina) tiene también un objetivo secundario — ayudar a juzgar la efectividad del muestrario. Los cuatro anaqueles se vacían diariamente a razón de cerca de 25 Sentinels y Heraldos por día.

Un informe de Primera Iglesia, Florencia, Italia, describe los excelentes resultados de su vitrina, ubicada en el centro de la ciudad en un paso bajo nivel de mucho tráfico que conduce a la estación ferroviaria.

“Personas de la comunidad fueron atraídas por el muestrario y vinieron a la Sala de Lectura a inquirir más información”, informa alguien de la iglesia. “Dos visitantes compraron Ciencia y Salud llevándolos consigo a sus ciudades de origen. Un estudiante de Sicilia mostró un vivo interés en la exhibición. Vino a la Sala de Lectura y compró el libro de texto. Luego envió a un amigo suyo a comprar un segundo ejemplar.

“Otro visitante que leyó un pasaje de la Biblia en la vitrina, asistió a una reunión testimonial de los miércoles y después exclamó: ‘¿Por qué no teníamos esto hace 30 años?’ Ahora es miembro de Primera Iglesia, Florencia.

“Un peluquero vino a comprar un ejemplar de Ciencia y Salud”, continúa el informe, “pagando 500 liras semanales hasta completar su valor. Su atención fue atraída por la inscripción que aparecía en el interior de la sobrecubierta del ejemplar que estaba en la vitrina. Ahora, él también es miembro de la iglesia de Florencia”.

Desde el comienzo, los Científicos Cristianos en Florencia se dieron cuenta de que no era la vitrina en sí la que brindaría resultados sino las continuas y devotas oraciones de los miembros en apoyo de ella. El resultado más gratificador, según los miembros, es que, “durante el tiempo que la iglesia ha mantenido la vitrina, el número de miembros italianos de Primera Iglesia ha crecido de uno o dos a mucho más del tercio del total de miembros”.

Aun cuando los frutos no puedan medirse como éstos, los comités conjuntos e iglesias filiales tienen confianza en la efectividad de sus vitrinas. Los Sentinels y Heraldos continúan desapareciendo cada semana de los anaqueles de literatura —¡por docenas!

Enseñando a los alumnos de la Escuela Dominical a sanar

Hace algunos meses, en esta sección, la Junta Directiva dio énfasis sobre la importancia de enseñar a los alumnos de la Escuela Dominical cómo sanar. Ver El Heraldo de la Ciencia Cristiana, octubre 1975, pág. 317; En respuesta a esto recibimos muy buenas y útiles cartas, entre ellas, varias de superintendentes de Escuelas Dominicales pidiéndonos sugerencias de cómo proceder.

Pensamos que sería útil para todo el movimiento hacerles saber algunas de las ideas que el Departamento de Filiales y Practicistas está compartiendo individualmente con algunas iglesias.

— Los informes de las iglesias filiales sobre la Escuela Dominical indican que la enseñanza más eficaz resulta de la comprensión que de la Ciencia Cristiana tenga el maestro y de su propia demostración. A medida que el maestro hace frente activamente a sus propios problemas mediante la verdad del ser, estará, naturalmente, mejor capacitado para percibir las necesidades de otros y para enseñar de una manera sanadora.

— La enseñanza en la Escuela Dominical puede enfatizar que la Ciencia Cristiana sana porque es verdad. Los relatos bíblicos, los Diez Mandamientos, “la declaración científica del ser”, Ver Ciencia y Salud, pág. 468. y cualquier otro material que se enseñe, puede ser considerado como la Palabra sanadora de Dios. Puede mostrarse a los alumnos que la letra de la Ciencia Cristiana, así como el espíritu, son absolutamente aplicables a lo que ellos enfrentan diariamente. Los relatos en la Biblia sobre personas que se apoyaron en Dios en busca de ayuda y curación pueden adaptarse a las vidas de los alumnos. Cuando el maestro comparte sincera y afectuosamente sus propias experiencias con sus alumnos esto los hace sentir cómodos para compartir en la Escuela Dominical algunos de los desafíos que se les presentan. Explicando a la clase cómo uno ha resuelto un problema o cómo su oración resultó en curación es parte importante de aprender a cómo sanar.

— Los artículos para niños y los testimonios que aparecen en el Heraldo, como también la asistencia a las reuniones vespertinas de testimonios de los miércoles, pueden ayudar a los jóvenes a percibir cómo sana la Ciencia Cristiana.

— El personal de la Escuela Dominical puede utilizar diversos medios para prepararse a dar mayor énfasis en su enseñanza a la curación. Por supuesto, el paso más importante es el estudio individual, la oración, y la práctica por parte de cada maestro. “El Tratamiento Mental Ilustrado” (ver págs. 410–442) y el capítulo “La Enseñanza de la Ciencia Cristiana” en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy incluyen un número de ideas útiles para enseñar a cómo sanar. Otro medio podría ser una reunión del personal para discutir la enseñanza de la curación. Todo el personal quizás podría escoger un tema especial sobre la curación para estudiar, u orar sobre una idea específica. A medida que las ideas se desarrollan mediante esta actividad los maestros tendrán más ideas para usar en clase y estarán dispuestos a compartir mutuamente sus enfoques y resultados.

— La curación activa y acertada es una contribución muy singular de la Ciencia Cristiana. Merece un lugar sagrado en el plan de estudio de la Escuela Dominical.

El concepto de membresía que tiene una filial que crece

Fue fácil ver la profunda alegría y gratitud expresadas en un informe que recibimos de una iglesia filial. Nos hablan del aumento de miembros que tuvieron en un período de catorce meses. Habían dado la bienvenida a un buen número de miembros nuevos, casi la mitad de los cuales se unían a una Iglesia de Cristo, Científico, por primera vez.

El informe compartía algunas de las razones por las cuales los solicitantes quisieron afiliarse a la iglesia: el amor y amistad; el entusiasmo y actividad ofrecidos por la iglesia; la alegría de sus niños de asistir a la Escuela Dominical. Uno de los miembros, que se afiliaba por primera vez a una Iglesia de Cristo, Científico, mencionó que por largo tiempo lo habían impresionado las elevadas cualidades y motivos expresados por los miembros en general.

El comité de membresía, decía el informe, había trabajado metafísicamente todos los días sobre estos tres puntos:

— Amistad, amor y bienvenida.

— Incluir a los jóvenes tanto de la Escuela Dominical como a los de la comunidad en nuestro concepto más amplio de iglesia.

— Cómo vencer la resistencia.

Fue un informe magnífico, un verdadero placer leerlo. No obstante, no lo cubría todo. Les escribimos preguntándoles si podían decirnos más específicamente cómo habían trabajado. He aquí la respuesta:

“Al considerar el alcance de nuestras responsabilidades, un previo cambio de título que habíamos hecho de ‘comité de entrevistas’ a ‘comite’ de membresía’, nos indicó que debíamos abarcar en nuestro trabajo metafísico todos los aspectos concernientes a membresía. De modo que decidimos escoger cada mes un tema sobre el cual pondríamos énfasis en nuestro trabajo metafísico diario y en nuestras reuniones del comité.

“Comenzamos con la naturaleza de Dios como Amor, y con nuestra iglesia como la actividad del Amor, el Principio divino, que ya abraza, mediante el Cristo, a cada miembro de nuestra iglesia, de la congregación y de la comunidad. Percibimos que el hombre no está separado o excluido de la Iglesia debido a ignorancia o pecado, y que todos son inseparables del consuelo, la curación y la completa salvación mediante el Cristo, la Verdad. Vimos que la cordialidad, el gozo y el afecto del Amor divino no podían ser impedidos, sino expresados abundantemente por cada miembro, y que constituían una bienvenida y una unión con cada persona guiada a asistir a nuestros cultos.

“Pusimos énfasis en este punto durante varios meses. Luego nos pusimos a ampliar nuestro concepto del lugar que los jóvenes ocupan en nuestra iglesia. Reconocimos que en la Ciencia el hombre es la completa, desarrollada, y eterna expresión de Dios, y que, por lo tanto, cada joven en nuestra Escuela Dominical y en nuestra comunidad ya era uno con la Iglesia y que jamás podía ser separado de ella por ninguna atracción contraria. Nos esforzamos por incluir afectuosamente a los jóvenes en nuestro reconocimiento de la integridad de ellos y de la integridad de la Iglesia.

“Finalmente, pasamos algunos meses eliminando la creencia de resistencia a la Verdad, a la Ciencia Cristiana y a la afiliación a la iglesia. Afirmamos que el magnetismo animal no tiene vías por las cuales inducir a nuestros miembros, a la congregación o a la comunidad a sentir resistencia causada por la apatía, los malentendidos o la competencia sobre tiempo o esfuerzo. Reconocimos que en el verdadero templo o Iglesia ninguna cosa puede entrar que sea ‘inmunda, o que ... [haga] mentira’, Apoc. 21:27. de modo que nuestra iglesia incluía entre sus miembros sólo ideas de Dios que lo expresaban a Él armoniosamente en unidad y bendiciones mutuas, y que la Iglesia — la idea infinita de Dios — incluía a la comunidad y a todos en ella”.

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