Verdaderamente quise saber la voluntad de mi Padre,
escuchando, quieta,
sincera, serena,
esperando que me señalara el camino —
esperando un dónde un cuándo un porqué.
Entonces me di cuenta
de cómo...
La resonante respuesta,
inspirada por el gozo,
cual coro de ángeles decía:
“¡Ve cantando!”
No sólo dónde cuándo porqué
sino cómo —
siempre cantando,
con un corazón agradecido, con pies obedientes
sea cual fuere el camino señalado.
“¡Ve cantando!”
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