Me siento muy agradecida no sólo por las muchas pruebas de protección que he obtenido mediante una comprensión más clara de lo que es Dios como el único poder o presencia, sino también por las curaciones que los miembros de mi familia y yo hemos experimentado.
Antes de conocer la Ciencia Cristiana, mi madre sufría de lo que los médicos diagnosticaron angina pectoral. El médico dijo que esta dolencia podía ser aliviada, pero que mi madre jamás tendría una curación completa. Después que comenzamos el estudio de la Ciencia Cristiana, los períodos difíciles que tenía mi madre para respirar comenzaron a disminuir y finalmente cesaron por completo. Su primera vislumbre de la verdad acerca de Dios, y del hombre como hijo de Dios, resultó en la curación. Otra curación notable que mi madre tuvo entre muchas otras, fue la de pulmonía cuando tenía más de ochenta años de edad. Con el consagrado tratamiento de un practicista de la Ciencia Cristiana, a los tres días mi madre estaba libre de todos los síntomas de pulmonía.
Durante los muchos años que pertenezco a la Ciencia Cristiana también yo he experimentado curaciones, ya sea mediante la oración de un practicista o de mi propia oración y comprensión de Dios. La superación del temor y el haberme aferrado firmemente a la verdad contenida en la Biblia y en Ciencia y Salud por la Sra. Eddy y en sus otras obras, hicieron posible estas curaciones.
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