La piedra era pesada
(¿quién moverla podría?)
pero más pesada que la piedra
era el pesar/el temor.
Más dura que la piedra
el sobresalto/la pérdida.
Mas las mujeres no obstante vinieron
sólo para encontrar
que el Amor antes que ellas había estado.
El Amor removió la piedra.
Esa piedra tan grande/tan pesada
lugar de reposo
vino a ser para un ángel
que suavemente se sentó en su dureza.
¡“No temáis vosotras...
No está aquí, pues ha resucitado”!
Este angélico mensaje
se remonta a través de los siglos
nos llena de gozo
como a ellas llenó.
Las mujeres entonces
volvieron veloces/felices
de gran gozo elevadas
las buenas nuevas a dar
— la muerte derrotada
¡Cristo Jesús
de la tumba resucitado!
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