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La Vida es inagotable

Del número de mayo de 1978 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Las experiencias por las que pasa la humanidad en esta tierra es todo lo que es la vida? Muchos piensan que no, y es posible que se pregunten acerca del más allá y lo que será su estado al dejar este plano de existencia.

Dentro de este interrogante especulativo hay una insinuación de realidad — una insinuación sobre el hecho de que la Vida y el ser son inagotables.

Dios, quien es Vida divina, es autoexistente sin posibilidad de disminución o aniquilación. El hombre, entonces, quien vive en la Vida, Dios, no podría cesar de existir. La Vida es eterna, y esa Todo-Vida incluye nuestra existencia genuina e individual presente. Si nuestra identidad individual pudiera ser destruida, podríamos muy bien concluir que la vida se está disminuyendo en el universo y, por consiguiente, que algún día no habrá ninguna clase de vida. Pero ni Dios, la Vida divina, ni el hombre, la semejanza de Dios, pueden morir jamás.

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