Ésta es una historia de la Biblia que relata cómo ayudó Dios a un pueblo que se le llamaba los hijos de Israel. Vivieron hace muchos años en Egipto, lugar que no era su patria.
Dios encomendó a un hombre, llamado Moisés, la tarea de cuidar de estos hijos de Israel. Entre ellos algunos eran padres y madres, tíos y tías, abuelos y abuelas, algunos niños y otros nada más que bebés. La Biblia los llama hijos, porque todos eran parte de la familia de un hombre llamado Israel, quien vivió muchos años antes. Moisés también era uno de los hijos de Israel.
Habían venido a Egipto en busca de alimento — y los egipcios los hicieron sus esclavos. Los hijos de Israel no querían ser esclavos. Querían ser libres.
Un día Dios dijo a Moisés que sacara de Egipto a todos los hijos de Israel. Pero el rey de Egipto tenía grandes ejércitos y no permitiría que se fueran los hijos de Israel.
Por fin, el rey dijo a los hijos de Israel que podían irse. La Biblia dice: “Hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo”. Éx. 13:18;
Dios envió a los hijos de Israel una columna de nube para que los guiara durante el día.
Y Dios envió a los hijos de Israel una columna de fuego para alumbrarles el camino durante la noche.
Finalmente Moisés y los hijos de Israel llegaron a la orilla del Mar Rojo.
Entonces los hijos de Israel se llevaron una mala sorpresa. Mientras acampaban junto al Mar Rojo, vieron que los egipcios venían tras ellos — con todos sus carros y la caballería del ejército. Los egipcios habían venido para capturar a los hijos de Israel. El rey había cambiado de opinión y quería que sus esclavos volvieran.
Los hijos de Israel tenían miedo. ¿Qué podían hacer? Frente a ellos estaba el Mar Rojo, y atrás de ellos el ejército de los egipcios.
Pero Moisés sabía que Dios era mucho más poderoso que los egipcios, y mucho más grande que el Mar Rojo. Moisés les dijo: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros... Jehová peleará por vosotros”. 14:13, 14;
Y así sucedió. La columna de nube que iba mostrando el camino a los hijos de Israel se puso atrás de ellos, y los egipcios no podían ver lo que se proponían hacer los hijos de Israel. Los hijos de Israel contaban con la ayuda de Dios. Iban a hacer lo que Dios les había mandado que hicieran. ¡Caminar a través del Mar Rojo!
Era de noche y soplaba un recio viento del este. Y vino el viento y sopló hasta dividir las aguas para que formaran un muro a cada lado de ellos. ¡Abrió un camino a través del mar! Así los hijos de Israel pudieron caminar en tierra seca por en medio de ese enorme Mar Rojo y ni siquiera se mojaron. Ya no temían al ejército egipcio. Los hijos de Israel confiaban en Dios y estaban a salvo.
Los egipcios trataron de seguir el camino por el cual habían cruzado el mar los hijos de Israel, pero no pudieron. Las ruedas de los carros se caían y éstos no podían avanzar.
Cuando amaneció, los hijos de Israel estaban a salvo y secos, pero los egipcios no lograron atravesar el Mar Rojo. Las aguas volvieron con toda su fuerza, cubriendo el camino a través del mar.
Después de esto los egipcios jamás pudieron esclavizar a los hijos de Israel. Mary Baker Eddy, quien descubrió la Ciencia Cristiana, nos dice: “Dios creó al hombre libre”.Ciencia y Salud, pág. 227.