¡Él vivió!
Nacido en un lugar frío
y oscuro, lo llenó de
calor. Parajes a donde fue
jamás quedaron en oscuridad.
La luz era parte y
bagaje de su ser.
¡Él vivió!
Quienes lo vieron
contemplaron al Cristo en él
— vieron o sintieron o de algún modo
comprendieron que había venido
de Dios, a cada uno de nosotros.
¡Él vivió!
Sus pies pisaron
lo que conocemos por tierra firme
mas también sobre
las aguas caminó.
Calmó tormentas
— de naturaleza o corazón;
abrió los ojos
muy ciegos para ver;
limpió a leprosos
— y a pecadores también.
Nos resucitó, nos alimentó,
nos enseñó, nos sanó,
nos dejó por un tiempo.
Prometió Vida eterna
— luego nos mostró ¡que es verdad!
¡Él vivió!
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