¿Cuál es su reacción al saber que una gran empresa ha sobornado a alguien para conseguir un negocio lucrativo? ¿Se siente agradecido porque no es tentado a hacer lo mismo? Si somos verdaderamente inocentes de cualquier impulso que nos haga cometer actos deshonestos o inmorales, está bien. Pero también podríamos aplicar a nosotros mismos la parábola del publicano y del fariseo que Cristo Jesús mencionó. Jesús reprendió la oración de justificación propia del fariseo: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano”. Lucas 18:11;
La distancia que hay entre nosotros y la persona que miente, engaña o roba toda su vida pareciera ser bastante grande. Pero todo aquel que trata de seguir los pasos del cristiano por excelencia no puede sentirse cómodo sabiendo, o aceptando en su propio pensamiento, cualquier grado de error. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad individual de recorrer por sí solo el camino que lleva al reino de los cielos, de demostrar en su propia vida que el hombre ya es el hijo inmaculado de Dios. Pero de las parábolas de Jesús y de las cartas de Pablo, también deducimos algo del deber que tenemos de vivir de manera que podamos ayudar a otros a encontrar el camino. Pablo escribió: “Ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano... Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. Rom. 14:13, 19;
¿Qué tiene esto que ver con sobornar o ser sobornado? La relación es que el ambiente mental en el que cada ser humano toma sus decisiones incluye los pensamientos de cada uno de nosotros. Y es la responsabilidad de cada uno de nosotros contribuir a mejorar esa atmósfera mental. En un país en el que las leyes expresan la voluntad de los ciudadanos, las normas morales establecidas por el pueblo se reflejan directamente en la legislación. Pero aún en la ausencia de legislación el individuo puede influir mucho en el modo de ser de su sociedad con lo que conscientemente él acepta en su ambiente.
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