Los libros de Jonás y de Daniel, aunque se atribuyen a fechas de publicación inciertas, tratan con períodos históricos anteriores a la época en que estos libros fueron escritos.
El propósito del libro de Jonás es claramente el de instruir para ilustrar el amor y la ternura universales de Dios para con el mundo de los gentiles (los no judíos), y a menudo se le ha descrito como el libro más cristiano del Antiguo Testamento. En lo que respecta al libro de Daniel, su propósito fue el de alentar a los judíos relatando los acontecimientos ocurridos en Babilonia durante el exilio y, a través de las visiones de Daniel, lo sucedido en Palestina una vez finalizado éste.
Si bien es cierto que Daniel es un libro profético, también es en parte apocalíptico, y su segunda mitad está escrita deliberadamente en forma oscura para proteger su mensaje. Por el contrario, el libro de Jonás puede considerarse como una alegoría o parábola.
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