“La Verdad está revelada. Sólo es menester practicarla”.Ciencia y Salud, pág. 174; Así escribe la Sra. Eddy en Ciencia y Salud.
Tal vez ninguna otra declaración resuma mejor la base para la acción y el propósito que los Científicos Cristianos tienen que aplicar a cualquier campo de actividad. Nuestra base es la revelación divina misma, la Palabra misma de Dios. Nuestro propósito es demostrar lo que la Palabra ha revelado: la verdad espiritual del ser. Cualquiera que sea la actividad práctica específica del Científico Cristiano, si él ha de ser un Científico Cristiano, su tarea principal es practicar la verdad que la Palabra divina ha revelado en la Ciencia Cristiana.
Si bien esta declaración se aplica a los Científicos Cristianos sea cual fuere su ocupación, en el mundo de hoy día hay razones para prestarle especial atención al papel que pueden desempeñar los Científicos Cristianos en el ambiente académico. Esto no quiere decir que la vida académica sea de por sí más importante, más prestigiosa o que tenga una significación espiritual mayor que otras esferas de actividad, porque sabemos que el poder de la Verdad tiene finalmente que transformar cada fase de la existencia. Pero, en la actualidad, la vida académica tiene un significado tan potencial, tanto para bien como para mal, en el desarrollo espiritual de la humanidad, que requiere una consideración seria y cabal.
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