Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Destruyedo el pensamiento de enfermedad

Del número de julio de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Ciencia Cristiana insiste en que, al curar la enfermedad, el objeto de nuestra atención debe ser el pensamiento y no una condición física. El cuerpo físico es un concepto mental, una imagen ilusoria en el pensamiento mortal. Es un sentido distorsionado y mundano de la identidad, y adquirimos dominio sobre él mediante la comprensión espiritual de que nuestra identidad real es incorpórea, la idea infinita de Dios. La Sra. Eddy, en su obra Escritos Misceláneos, dice: “Todo lo que aparece ante los sentidos corporales no es sino su propio estado subjetivo de pensamiento”. Y más adelante agrega: “Destrúyase el pensamiento de pecado, enfermedad y muerte, y se destruye su existencia”.Esc. Mis., pág. 105;

La enfermedad es básicamente mental — mental en causa y en efecto — y se supera mediante la espiritualización de la consciencia, armonizando el pensamiento con Dios. Este proceso de espiritualización saca a la luz la realidad. Revela la verdad espiritual de que el hombre es la perfecta semejanza de Dios, inmortal y por siempre intacto, y que el hombre coexiste eternamente con Dios. Esas verdades espirituales pueden parecer asombrosas a primera vista. Ciertamente exigen que meditemos en ellas profundamente y las demostremos en la curación. La utilización de las verdades espirituales saca a la luz al ser verdadero, la imagen de Dios, cuyos sentidos son puramente espirituales. Confirma la presencia de la consciencia espiritual individual que constituye el hombre real.

Cristo Jesús esperaba mucho de la oración. Demostró que siempre podemos depender con seguridad de la oración de entendimiento espiritual para obtener curación. Como se puede observar en los Evangelios, Jesús echaba fuera la enfermedad como un mal, restaurando la salud, la esperanza y la armonía a los enfermos que buscaban su auxilio. Curó toda clase de condiciones discordantes y sanó a los ciegos, los sordos, los cojos, los deformados y los pecadores. Más aún: instó a sus discípulos a seguir su ejemplo, dando a entender que ese requerimiento aplicaba a todos los creyentes. Sus palabras fueron: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia“. Mateo 10:8; Y también dijo: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. Lucas 18:27;

Comprender a Dios y al hombre y que la ley de Dios lo gobierna todo, como Cristo Jesús lo comprendía, es oración eficaz, o sea, tratamiento metafísico. Tal tratamiento sana porque se basa en el Principio divino. No es nunca algo vago e intangible. Aplica las reglas de la metafísica divina y es específico, sistemático y definitivo. Incluye la utilización de verdades espirituales para corregir falsos conceptos acerca de la salud que se manifiestan en el cuerpo. Estas verdades espirituales o reglas de la Ciencia Cristiana incluyen afirmar con comprensión la omnipresencia y el poder omnipotente de Dios y la perfección del hombre a imagen de Dios. Incluyen también la negación de la identidad material, la exclusión de la evidencia física, y la disposición a escuchar lo que Dios nos dice por conducto de Su Cristo, la Verdad viviente.

Apartando resueltamente la mirada del cuerpo, podemos afirmar con gozo la verdad espiritual respecto a Dios y el parentesco del hombre con Él y entonces negar el testimonio de los sentidos físicos y rehusarnos a aceptarlo en la consciencia. Negamos específicamente todas las condiciones erróneas partiendo de la base de que Dios, el bien, lo es Todo y reconociendo el hecho de que a los ojos de Dios carecen de genuina realidad. Por cierto que si Dios no conoce la discordancia, la enfermedad, la imperfección y la pensamiento, el hombre no puede experimentar estos errores de pensamiento, porque el hombre es el reflejo de Dios. El tratamiento en la Ciencia Cristiana no consiste en rogar a Dios que transforme a un enfermo en una persona sana. Consiste en ver al hombre como Dios realmente lo creó: espiritual, intacto e imperecedero.

A veces se formula esta pregunta: ¿Podemos realmente ver sano a un hombre enfermo? Esto es lo que la Ciencia Cristiana nos enseña a hacer. Cambiamos la percepción mortal de un hombre como enfermo y material, viviendo en una estructura física, por la verdadera visión del hombre como idea espiritual de Dios, la expresión perfecta de la Mente divina. La creación de Dios ya es espiritual y perfecta; por eso Cristo Jesús pudo decir con autoridad: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48; Dios es el único creador y Él sólo crea lo que es bueno y perfecto. Esto significa que el hombre, en realidad, posee una salud perfecta aquí y ahora; su bienestar es espiritual, otorgado por Dios. Nunca se puede deteriorar. La salud del hombre es mantenida eternamente por Dios, por el Espíritu y la Vida infinitos, la fuente de todo el ser verdadero.

Cristo Jesús manifestó con su actitud frente a la enfermedad que ésta es una condición mental. De la mujer que estaba encorvada dijo “que Satanás [la] había atado” y que aun en el día de reposo se la “debía desatar de esta ligadura”. Lucas 13:16; Indicó así que no se trataba tanto de un cuerpo encorvado como de un pensamiento encorvado o distorsionado que se manifestaba en esta condición material. Y probó que el comprender correctamente a Dios y al hombre como. Su hijo bienamado es potente para eliminar — para sanar — los estados mentales que llevan a la enfermedad.

En Rudimentos de la Ciencia Divina la Sra. Eddy nos da instrucciones sobre cómo vencer los estados mentales que producen la enfermedad, como por ejemplo, el miedo. Nos dice: “La enfermedad es una cosa del pensamiento, manifestándose en el cuerpo; y el temor es lo que engendra el pensamiento que causa la enfermedad y el sufrimiento. Elimínese este temor mediante el verdadero concepto de que Dios es Amor — y que el Amor no castiga sino el pecado — y entonces el paciente puede alzar los ojos hacia el Dios benigno, y sabre que Él no aflige voluntariamente a los hijos de los hombres, quienes son castigados por desobedecer Su ley espiritual. Su ley de la Verdad, cuando es obedecida, extirpa todo estado erróneo, físico o mental”.Rud., pág. 10.

La Ciencia de la Mente nos enseña a basar nuestro pensamiento en la omnipotencia y bondad de Dios y en la unidad de Dios y Su idea, el hombre. Nos ayuda a comprender que los estados mentales mórbidos no son normales o naturales, que no forman parte de la naturaleza del hombre otorgada por Dios y que nuestra salud es restaurada cuando humildemente cedemos a la Verdad divina.


Del hombre son las disposiciones del corazón;
mas de Jehová es la respuesta de la lengua.
Todos los caminos del hombre
son limpios en su propia opinión;
pero Jehová pesa los espíritus.
Encomienda a Jehová tus obras,
y tus pensamientos serán afirmados.

Proverbios 16:1—3

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / julio de 1980

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.