“Mi hijo eres tú;” Dios me ha dicho, “yo te engendré hoy”. Así que aquí estoy, “hoy” — momento por momento — recién venido de Dios; jamás abandonado, mas sostenido en la consciencia de la Mente —¡su propia idea! No hay lugar aquí para otra voluntad u otra acción; no hay tiempo para pecar, envejecer y morir.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!