.. . Nunca
descansará la mente ni un instante
en sus aleteos como los de un pájaro Herbert Read, “Beata l’Alma”;
es la conmovedora expresión de un poeta sobre el desasosiego y agitación que siente mucha gente. Descansar, tener sosiego. ¿Cómo? ¿Y dónde? Cristo Jesús prometió: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:28, 29;
Nadie está excluido de esta invitación. Al obtener un entendimiento del Cristo, comenzamos a encontrar descanso espiritual. ¿Qué es este Cristo que da descanso? La compasiva presencia sanadora de Dios, que nos guía, que nos muestra que el mal — todo lo que quisiera perpetuar desasosiego en nuestro pensamiento — es esencialmente irreal y puede comprobarse que está ausente. La luz del Cristo expone, como creencia, el mal en sus variadas formas: ignorancia, credulidad, enfermedad, desesperación y demás. Admitiendo al Cristo, encontramos descanso porque vemos la falsedad de todo lo que nos causaría ansiedad, y, en consecuencia, vivimos con mayor confianza. La ansiedad ocasionada por nuestro mal proceder se alivia a medida que el Cristo nos ayuda a abandonar nuestro proceder incorrecto.
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