Se cuenta que hace algunos años, en ocasión de una visita a la India, dos personas tuvieron una interesante experiencia. Estas dos personas se encontraron con un faquir — un “hacedor de maravillas” en la India — quien les invitó a su casa para contemplar una hermosa rosa que había cultivado.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!