¿Has intentado alguna vez encerrar un rayo de sol en una caja?
Toma una caja que tenga una tapa que puedas sacar y poner, y ábrela para que se llene de la luz del sol. Luego — lo más rápido que puedas — tápala y encierra el sol. ¿Pudiste hacerlo? Entonces, con mucho cuidado, levanta un poco la tapa y mira en el interior de la caja. ¿Está claro y brillante adentro? ¿No? Trata de nuevo. ¿Todavía no hay luz en la caja? ¡Mira! —¡El rayo de sol está jugueteando sobre la caja!
No pudo ser atrapado ni separado del sol.
El rayo de sol nos enseña algo sobre nosotros. Mary Baker Eddy, quien descubrió la Ciencia Cristiana, nos dice en el libro de texto, Ciencia y Salud: “Tal como una gota de agua es una con el océano, un rayo de luz uno con el sol, así Dios y el hombre, Padre e hijo, son uno en el ser”.Ciencia y Salud, pág. 361;
Al igual que un rayo de sol, nosotros tampoco podemos ser encerrados. Como Su linaje espiritual somos “uno en el ser” con Dios. La Biblia nos dice: “En él vivimos, y nos movemos, y somos”. Hechos 17:28; Ahí es donde realmente estamos, a salvo con nuestro Padre-Madre Dios todo el tiempo, y nada puede separarnos de Dios, el bien.
Cristo Jesús tuvo muchas oportunidades de demostrar la seguridad que Dios da. En una ocasión, después de haber estado enseñando en una sinagoga, la gente se enojó mucho con él porque no entendían el mensaje puro del Cristo. Hasta trataron de tirarlo desde la cumbre de un monte, y matarlo. Pero su unidad con su Padre lo elevó por encima de la ira de la multitud. Leemos: “Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue”. Lucas 4:30. En lugar de asustarse o enojarse, simplemente caminó con Dios, que es Amor, y reclamó su unidad perfecta con Él. El mal no tenía poder para engañar a Jesús. Los que se dejaron engañar por el mal y lo escucharon, ni siquiera pudieron encontrar a Jesús. Él era libre y siguió su camino.
¿Y tú? ¿Piensas a veces que no eres feliz o que estás herido o asustado? Algunas personas dicen que es normal tener malas experiencias junto a las buenas. Pero la Ciencia Cristiana nos enseña que lo normal es estar siempre alegre y sentirse libre.
Algunas veces una experiencia sombría nos trata de convencer de que estamos separados de Dios. Pero la oscuridad no apaga la luz. Por el contrario, la luz ahuyenta la oscuridad, y podemos probarlo. Podemos hacer lo que hizo Cristo Jesús — caminar con nuestro Padre-Madre, el Amor infinito. Esto es orar. Y nuestras oraciones sinceras siempre son respondidas.
