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Fui educada en una religión oriental tradicional, pero esto no me...

Del número de agosto de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Fui educada en una religión oriental tradicional, pero esto no me impidió que dejara de ir a adorar en los templos, que dejara los símbolos materiales y los ritos, cuando receptiva y espiritualmente comencé a comprender a Dios. Había estado preguntándole a Dios acerca del significado de mi vida e identidad, y Él me condujo a las verdades maravillosas de la Ciencia Cristiana. Salud, paz y provisión fueron el resultado de aceptar a un Padre bueno y misericordioso como Amor invariable.

Una vez me resbalé en el suelo mojado y vi que el brazo izquierdo estaba fuera de su lugar. Parecía que se me había dislocado el hombro. La perfección del reino de Dios siempre presente, lo cual había aprendido anteriormente mediante el estudio de la Lección Bíblica en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, fue tan clara que instantáneamente el hueso volvió a su lugar. Obtuve el valor que necesitaba para usar el brazo normalmente mediante las palabras de la Sra. Eddy: “No hay error en la Ciencia, y nuestras vidas tienen que ser gobernadas por la realidad, para estar en armonía con Dios, el Principio divino de todo el ser” (Ciencia y Salud, pág. 131). En la Ciencia Cristiana aprendemos que los milagros son sencillamente la operación de la ley divina en la consciencia humana.

Aun cuando hubo mucha oposición para que me hiciera miembro de La Iglesia Madre, pude superarla por medio del amor y la paciencia. La comprensión de nuestra libertad otorgada por Dios para hacer Su voluntad puede destruir las limitaciones de la falsa ley material y su resistencia. Pude tomar instrucción en clase de Ciencia Cristiana, que fue un acontecimiento de gran valor. El ser miembro activo de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, y haber servido como Segunda Lectora durante un período, me dio la oportunidad de apreciar más profundamente la abnegación y devoción de la Sra. Eddy al fundar un movimiento destinado a traer la salvación a toda la humanidad.

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