Hazme humilde, Padre mío,
Recto y puro cual José,
A quien ninguna injusticia humana
Le impidió poderte ver.
Yo, al igual que él, anhelo
A mi hermano socorrer,
Despertarlo de su sueño
De pobreza y de pesar.
Del número de enero de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Hazme humilde, Padre mío,
Recto y puro cual José,
A quien ninguna injusticia humana
Le impidió poderte ver.
Yo, al igual que él, anhelo
A mi hermano socorrer,
Despertarlo de su sueño
De pobreza y de pesar.