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En busca de habilidad conductora

Del número de marzo de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El término “habilidad conductora” surge a menudo en campañas políticas. Los candidatos para cargos públicos hacen difícil determinar cuál será el mejor dirigente cuando ponen de relieve personalidad, estilo e imagen. Estas distracciones superficiales no necesitan oscurecer temas más esenciales que requieren discusión pública y devota consideración privada. En una era en que se emplean con más frecuencia propagandas de treinta segundos en la televisión, encuestas de opiniones, y los servicios profesionales de creadores de imágenes para dar a conocer y “vender” candidatos al público — así como un fabricante anunciaría una nueva marca de jabón — es conveniente hacer un alto y preguntarnos: ¿Cuáles son las características espirituales de conducción y, más importante aún, dónde se originan?

Es bueno recordar primero que todo gobierno, ya sea internacional o nacional, de una ciudad, de un negocio privado, o de una familia, en último análisis está en la esfera de Dios. Uno de los siete sinónimos de Dios en Ciencia Cristiana es Principio, un término que revela el universo gobernado por la ley espiritual, Su divino poder. Principio también significa una causa o razón fundamental de la existencia. Los otros términos sinónimos que la Ciencia usa para la Deidad son Mente, Alma, Espíritu, Vida, Amor y Verdad.

Así como la ciencia de la música asigna identidades individuales a los tonos, ubica cada sonido o nota en correcta relación con respecto a todas las otras, dando así a cada tono un propósito determinado en la creación de la armonía, de la misma manera el Principio divino e infinito gobierna el universo de sus ideas. Cada persona y cada nación cuando se las considera correctamente — esto es, a través del sentido espiritual y no del material — indica un objetivo útil en el gobierno que Dios ejerce sobre todo el universo. En realidad, no existimos como grupos de mortales confundidos, divididos, belicosos, tratando de sacar ventaja el uno del otro. Tales conceptos tan comunes y erróneos, provenientes únicamente del testimonio de los sentidos materiales, tratan de oscurecer la realidad de que el hombre y el universo son reflejos perfectos de Dios perfecto, el gran Yo soy revelado en la Biblia.

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