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El Manual de la Iglesia: Hoy y para siempre

Del número de marzo de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Biblia es mayormente un registro de la sumisión de la consciencia humana, la creencia mortal cediendo paso a paso a la idea espiritual. Esta idea espiritual, la verdad acerca de Dios, aparece a la consciencia humana como un poder en actividad: una zarza ardiendo en fuego alertando a Moisés, el fuego del cielo confundiendo a los profetas de Baal, Isaías profetizando la llegada del Cristo, Dios amando “de tal manera... al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...”, Juan 3:16; la Ciencia Cristiana descubierta por Mary Baker Eddy.

Así como las tribus de Israel, que pasaron por grandes tribulaciones mientras se sometían a la verdad, necesitaron de guía, nosotros necesitamos la certeza de que la “columna de fuego” que seguimos de noche y la “columna de nube” que seguimos de día, realmente representan la guía de la Mente divina. Éx. 13:21; El Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy proporciona guía directa e individual a todos los que desean desarrollo espiritual. En un artículo titulado “Mental Digestion” (Digestión Mental) la Sra. Eddy escribe: “De esto estoy segura, de que toda Regla y Estatuto en este Manual, aumentará la espiritualidad de aquel que lo obedezca, fortalecerá su capacidad para curar enfermos, consolar a los afligidos y despertar al pecador”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 230;

¡Cuán agradecidos podemos estar por lo que proporciona el Manual! Los Comités de Publicación protegen nuestro derecho legal para practicar la Ciencia Cristiana. La Lección-Sermón en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana aúna en estudio y oración a todos los Científicos Cristianos. La Iglesia se mantiene unida en una forma que no da lugar a facciones o divisiones personales.

En el Artículo VIII, Sección 14, bajo “Publicaciones periódicas de la Iglesia”, el Manual establece que “será el deber de los Directores hacer que tales publicaciones sean adecuadamente redactadas y que se mantengan conforme a las exigencias del día”. Como resultado de esta disposición de que sean exactas y actuales, las publicaciones periódicas nos ayudan a desarrollar nuestra habilidad para curar y para hacer frente a los problemas humanos donde se nos presenten.

El Manual jamás será arcaico. Tal disposición como la norma que establece para afiliarse a la Iglesia, es eterna. Exige que “el solicitante debe creer en las doctrinas de la Ciencia Cristiana, de acuerdo con la Plataforma y las enseñanzas que contiene el libro de texto de la Ciencia Cristiana”.Man., Art. IV, Sec. 1; [El libro de texto citado es Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy.] ¡Qué fortaleza imparte esto a los miembros!

En “Una Regla para móviles y actos”, la Sra. Eddy establece la base para la armonía en la vida de los miembros. “Ni la animadversión ni el mero afecto personal deben impulsar los móviles o actos de los miembros de La Iglesia Madre”. Luego continúa con una amonestación de amar, ser caritativos y perdonar, todo lo cual, cuando es obedecido, afianza un espíritu de unidad. Y concluye con una regla de disciplina que, si es observada, evita divisiones o malentendidos: “Los miembros de esta Iglesia deben velar y orar diariamente para ser liberados de todo mal, de profetizar, juzgar, condenar, aconsejar, influir o ser influidos erróneamente”.ibid., Art. VIII, Sec. 1;

El Manual inspira valor moral. El Artículo XI, Sección 4, exige que antes de tomar una medida disciplinaria en la iglesia, se le diga a la persona su error: una buena práctica para todo el que quiera ser sanador de enfermos.

Aun el Estatuto relacionado con el acecho a la Sra. Eddy durante su paseo en coche, o el rondar su casa, nos hace ver lo preciado que es el tiempo para todo el que se dedica a la labor curativa. Ver ibid., Art. VIII, Sec. 27; Podemos apreciar la consideración que esta disposición del Manual implica para la protección de nuestro tiempo y el de los demás. La Sra. Eddy debe de haber necesitado estar a solas, y nuestros trabajadores también lo necesitan hoy.

Si alguien que afirma su condición de practicista quiere monopolizar su esfera de acción o dejar de mantener en confidencia lo que le comunican sus pacientes, o descuidar su defensa mental, el Manual le muestra que estos actos exponen que su afirmación es falsa. (Ver Artículo VIII, Secciones 30, 22, 6.) Son ellos tendencias destructivas de las que el Manual nos protege si le prestamos atención y lo obedecemos.

La Sra. Eddy dice de las Reglas y Estatutos del Manual: “Surgieron de la necesidad, la lógica de los acontecimientos, — de la urgencia apremiante que de ellos había, como una ayuda necesaria para mantener la dignidad y defensa de nuestra Causa”.Escritos Misceláneos, pág. 148;

Ignorar el Manual podría destruir nuestro movimiento y con él nuestra capacidad individual de curar. Si lo conocemos bien y lo obedecemos, vemos que su guía es liberadora, no restrictiva. Y vemos que hay mucho en el Manual que se deja a discreción del individuo. La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana tiene la responsabilidad especial de hacer lo prescrito en los Estatutos.

No hay nada más importante en el aprendizaje de la curación mediante la Ciencia Cristiana que encontrar nuestro lugar en la verdad del ser. La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: “La idea espiritual está coronada con doce estrellas. Las doce tribus de Israel con todos los mortales, — por la creencia separados del origen divino del hombre y la idea verdadera, — pasando por grandes tribulaciones, cederán a la operación del Principio divino del hombre en la armonía de la Ciencia. Estas son las estrellas en la corona del regocijo. Son las lumbreras en el cielo espiritual de la época, que demuestran la acción de la idea espiritual, curando a los enfermos y a los pecadores y manifestando la luz que brilla ‘hasta que el día es perfecto’ a medida que la noche del materialismo se va desvaneciendo”.Ciencia y Salud, pág. 562.

La curación no viene meramente siguiendo ciertos procedimientos, sino identificándonos con “la acción de la idea espiritual”. Nos damos cuenta, tanto espiritual como humanamente, de que somos uno con esta idea espiritual en la proporción en que reconocemos activamente la dirección constante que nos provee nuestra Guía por medio de Ciencia y Salud. Y el Manual está aquí para ayudarnos a mantener nuestros pensamientos y acciones en el sendero correcto de modo que estamos en libertad de asimilar el libro de texto y poner en práctica sus enseñanzas.

¿Seremos “estrellas en la corona del regocijo”? Podemos serlo si apreciamos el Manual hoy y para siempre.

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