La apatía no es la respuesta al agresivo desafío de la pornografía, el incesto, la violación y otras formas de perversión sexual. “Alzad pendón a los pueblos”, Isa. 62:10. exclamó el profeta. El pendón de pureza y moralidad necesita ser levantado por todo ciudadano interesado en la moral. Los ciudadanos no pueden esperar soluciones solamente del gobierno humano, pese a que la batalla contra el mal de la pornografía es a menudo emprendida concienzudamente por los tribunales y distintas agencias del gobierno.
El problema fundamental permanece. Hasta que no se vea que la identidad verdadera de todos no es física y sensual, sino espiritual, y la gente se incline más a beneficiar a la humanidad y no a buscar la satisfacción personal, la pornografía y otras formas del mal continuarán.
Según un informe que apareció en una revista que se publica en los Estados Unidos: “Limitado anteriormente a puestos de revistas de temas relativamente moderados, cabarets de artistas desnudas y espectáculos vulgares en zonas céntricas y baratas de la ciudad, el comercio de la pornografía en todo el país ha aumentado considerablemente en años recientes, invadiendo comunidades tranquilas de la clase media y centros de tiendas de zonas suburbanas.. . Revistas que se consideraban picantes.. . pueden comprarse ahora en la mayoría de las farmacias, mientras que revistas eróticas.. . se venden abiertamente en tiendas de especialidades cuyo número se multiplica cada vez más”. William V. Thomas, “Pornography Business Upsurge”, Editorial Research Reports, 19 de octubre de 1979.