“Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones”.Ciencia y Salud, pág. vii.
Amigo, ¿se ha detenido alguna vez a pensar en este “infinito sostenedor”?
Esas palabras de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy describen a nuestro Padre-Madre Dios, que es todo-amor, que nos protege y nos guía por senderos de bien. Buscando a Dios, apoyándonos en Él, ascendemos un poquito más alto cada día hacia la cumbre del Amor, la Verdad y la Vida divinos.
¿Ha pensado alguna vez que Dios es Todo-en-todo, que nada existe fuera de Él? “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”, Gén. 1:31. nos dice la Biblia. No hay nada que no esté bajo Su buen gobierno, y esto lo podemos demostrar.
Apoyémonos en Él siempre, en todo momento, y nuestras vidas reflejarán más y más Su eterna armonía. Sea cual sea la aparente discordancia a que nos enfrentemos, puede ser destruida con el poder del bien infinito, nuestro bendito Padre-Madre.
Este Dios sostenedor, omnipresente, omnipotente, nos rodea con Su poderoso brazo. Cuando Lo buscamos en oración, Él nos eleva por encima de las falsas pretensiones del mal hasta la comprensión de que somos Sus hijos amados, la expresión misma de Su ser. La bondad y pureza que emanan de este Amor divino inagotable son por siempre impartidas al hombre. Toda clase de bendiciones provienen de nuestro único Hacedor. Cuando sentimos que somos uno con “el infinito sostenedor”, una paz sagrada reina en nosotros.
Dios, como Mente única, nos muestra el camino, nos enseña las sendas por donde debemos caminar. El Salmista dice: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”. Salmo 25:4, 5. Debemos esperar confiados, seguros de que Él responde a nuestras necesidades, que dirige nuestras jornadas.
El hombre es la manifestación de esta Mente infinita, que es Todo-en-todo, ahora y siempre. La Ciencia de la Mente tiene que ser entendida y demostrada a fin de que el hombre pueda aparecer en su estado original y eterno: espiritual y perfecto. Cuando la idea verdadera del hombre sea manifestada en su totalidad, recibiremos bendiciones infinitas, pues seremos la semejanza de la Mente. La creación espiritual emana del “infinito sostenedor”, nuestro único creador.
Debemos trabajar con paciencia para alcanzar la gracia del Amor y manifestar al hombre que es la imagen de Dios. Para ser felices, armoniosos en todo sentido, tenemos que esforzarnos por vencer todo lo que sea desemejante a la Mente única e infinita.
Dios nos ayudará. Él es el único poder; es omnipotente, supremo. A medida que el pensamiento elevado y la vida se acerquen más y más al Amor divino, “el infinito sostenedor” será para nosotros el Todo-en-todo, y recibiremos bendiciones eternas.