Un vestíbulo
que conduce hacia otros vestíbulos
de profunda y espléndida visión
donde podemos sentir la viva emoción
del reconocimiento puro
que ordena a los sentidos: “Cella, enmudece”.
Del número de octubre de 1982 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Un vestíbulo
que conduce hacia otros vestíbulos
de profunda y espléndida visión
donde podemos sentir la viva emoción
del reconocimiento puro
que ordena a los sentidos: “Cella, enmudece”.