El estado errante y vagabundo de Caín “en tierra de Nod”, Gén. 4: 16. no es una escena feliz, y el pensador cristianamente científico de hoy en día da los pasos activos para eliminar de su consciencia esos falsos puntos de vista acerca de la vida que quisieran inducir a tal castigo.
¿Cómo domina uno esos abismos del mal que quisieran castigarnos: odio, envidia, injusticia, desesperación, apatía, enfermedad? ¿Cómo evita uno andar errante en el sentido mortal y material de tales perspectivas de la vida?
Las respuestas a esas preguntas son importantes si hemos de mantenernos espiritualmente alerta y fuera del adormecido, lúgubre y sufriente ambiente mental representado por la tierra de Nod.
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