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Nota del Redactor: Desde sus primeros días las enseñanzas de la Ciencia Cristiana han sido objeto de exposiciones erróneas difundidas por sus críticos. En fecha más reciente, estas exposiciones erróneas han ido en crescendo en un extenso esfuerzo por estigmatizar la Ciencia Cristiana tildándola de “culto no cristiano”. Estimamos que esta serie de preguntas y respuestas acerca de aspectos fundamentales, que ha sido preparada por el Comité de Publicación, será de interés para nuestros lectores y demás personas interesadas. Las presentamos con el Espíritu que anima estas palabras de la Sra. Eddy: “Una mentira que se ignora no se destruye tan rápidamente como cuando se la desenmascara con la ayuda de la verdad”.1

Por qué la Ciencia Cristiana no es un “culto”— 2

Del número de septiembre de 1982 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Pregunta: Se dice a veces que los Científicos Cristianos consideran que Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras es una segunda Biblia que sustituye o incluso supera a las Escrituras.

Respuesta: Es importante aclarar este punto porque para los Científicos Cristianos ningún libro puede ocupar el lugar de la Biblia. Ellos de ninguna manera consideran que Ciencia y Salud sea una “segunda Biblia” o un sustituto para la revelación bíblica. Una llave no reemplaza la puerta que ha de abrir, sino que la abre. Del mismo modo, los Científicos Cristianos consideran que las enseñanzas de la Sra. Eddy son la llave para abrir su entendimiento al significado, a la profundidad y al poder transformador de la Biblia. Ellos estudian la Biblia a diario (usando principalmente la versión King James cuando la estudian en inglés) y, en general, probablemente están tan familiarizados con la Biblia como cualquier otro grupo de cristianos.

A través de los años, muchos Científicos Cristianos han hecho eco de la gratitud expresada en un testimonio publicado en el capítulo “Los Frutos de la Ciencia Cristiana” de Ciencia y Salud por una persona relativamente nueva en la Ciencia Cristiana. El testimonio dice en parte: “La Biblia, que antes había conocido muy poco, llegó a ser mi estudio constante, mi gozo y mi guía. El ejemplar que compré en los días en que sané, está marcado desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Tan continuamente estuvo en mis manos durante tres años, que el forro se deterioró y se aflojaron las hojas, de manera que he tenido que substituirlo por uno nuevo. De dos a tres de la mañana frecuentemente me encontraba absorta en sus páginas, y cada día que pasaba éstas se me hacían más sagradas ...”.Ciencia y Salud, pág. 681.

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