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Cómo curarte a ti mismo

Del número de octubre de 1983 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Nada de lo que la mente humana hace, conoce o cree tiene poder curativo verdadero. Pero cuando el pensamiento humano se somete a lo que Dios conoce y es, la influencia todopoderosa de Dios, el Espíritu, sana. Esta sumisión al Espíritu es oración, y la curación mediante la oración es algo que todo estudiante de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) es capaz de efectuar.

Por tanto, es muy importante descubrir lo que Dios, la Mente divina, sabe. Porque lo que Dios sabe es lo que es espiritualmente cierto acerca del hombre y del universo. De la Biblia, y de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, aprendemos que Dios se ve a Sí mismo como el único poder, la única consciencia, la única fuente de acción y de existencia. Se podría pensar que Él dice: “Todo lo que soy es el bien, y eso es todo lo que existe”.

¿Y cómo ve Dios al hombre? Puesto que el hombre es la idea de Dios, todo lo que el hombre es o tiene procede de Dios. Por consiguiente, el hombre sólo puede ser bueno y tener lo que es bueno. La armonía es la ley de su ser.

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