Procurando reflejar, en cierta medida, a la Iglesia Universal y Triunfante, las Iglesias de Cristo, Científico, no están fundadas sobre personalidades o “pilares” humanos. Surgen de la inspiración divina, siendo concebidas primeramente en los corazones de hombres y mujeres que han despertado a la Verdad, antes de brotar y florecer en instituciones. Su propósito es el de demostrar y mantener vivo el mensaje sanador del Cristo. Jesús dijo claramente: “Id... a todas las naciones... enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Y en otra ocasión dijo: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 28:19, 20; 10:8.
Impulsada a compartir su descubrimiento del Principio sanador del Cristo con el mundo, la Sra. Eddy estableció su Iglesia sobre las palabras y obras del Maestro. Ella escribió: “La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Mass., está destinada a ser edificada sobre la Roca, el Cristo; o sea la comprensión y demostración de la Verdad, la Vida y el Amor divinos, sanando y salvando al mundo del pecado y de la muerte; para así reflejar, en cierto grado, la Iglesia Universal y Triunfante”.Manual de La Iglesia Madre, pág. 19.
La Iglesia Universal y Triunfante no es una fabricación humana. Siempre ha sido y siempre será una completa y perfecta idea en la Mente: la Mente única, Dios, la fuente de toda la creación, de toda inteligencia, de todo bien. Esta idea espiritual, Iglesia, está anclada en la Verdad y sostenida en unidad por el Amor. Discernir la Iglesia es ver que el hombre está sostenido por siempre en el ser semejante al Cristo como imagen y semejanza de Dios. Es sentir el amor del Padre, manifestado al enviar a “su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”. 1 Juan 4:9.
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