La percepción pertenece a la Mente, no a la materia. Ésta es la base radical e incondicional sobre la cual se apoya la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) para curar trastornos y defectos de la vista, del oído y de los otros sentidos.
La percepción de un objeto o una idea es la consciencia que se tenga de ello. La percepción es consciencia. Considerado desde el punto de vista metafísico, la percepción es inherente a la Mente divina, Dios, y es absolutamente inseparable de la Mente, pues la percepción es uno de los atributos de la omnisciente inteligencia infinita.
Para el sentido mortal, los ojos, los oídos y el sistema nervioso son construcciones complejas de la materia, a través de las cuales la información pasa a la mente humana; son externas a la consciencia pero la apoyan; y a veces actúan independientemente de la mente al funcionar mal. Pero para la comprensión espiritual, ver, oír, sentir y todas las otras facultades perceptivas, son elementos del conocimiento, que es la actividad consciente de la Mente, el Alma. Estas facultades existen dentro de la Mente. Su sustancia es el Espíritu, no la materia. Y puesto que son manifestaciones de la Mente, del Alma, del Espíritu, pertenecen al hombre, porque él es el reflejo individualizado de la Mente, e incluye todo lo que la Mente crea.
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