La curación en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) no cambia meramente dificultades presentes en historia pasada. La curación en la Ciencia Cristiana demuestra que las dificultades son errores acerca de la verdadera historia del hombre real, creado a semejanza de Dios. La gratitud constructiva que se siente por una curación nos capacita para obtener conocimientos cada vez mayores porque nos muestra cómo reducir a su mínima expresión el error derrotado y realzar al máximo el vencedor, la Verdad divina.
Un corazón agradecido acepta la liberación, no el malestar. Tal gratitud es un aspecto de la sustancia de la curación; y la sustancia que se cosecha en la curación por la Ciencia Cristiana es la comprensión y convicción progresivas de la verdad que efectuó la curación.
¿Quién podría saber mejor lo que es y lo que hace la gratitud por la Ciencia Cristiana que la Descubridora y Fundadora de esta Ciencia? En su libro The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, Mary Baker Eddy escribe: “¿Qué es la gratitud, sino una poderosa cámara oscura, algo que enfoca la luz donde el amor, la memoria y todo aquello que encierra el corazón humano están presentes para manifestar la luz?” Miscellany, pág. 164.
Así como una pequeña abertura deja pasar la luz hacia una cámara oscura para enfocar una brillante imagen en una superficie al frente, así nuestra gratitud deja pasar la luz de la Verdad que eclipsa con su resplandor el sueño mortal de discordancia y enfoca en cambio el desarrollo espiritual que efectúa la curación y la hace permanente. En lugar de dar pormenores de los problemas que hemos dejado atrás, la gratitud genuina destaca e ilustra el progreso que hemos ganado.
La gratitud llena un preciado álbum con vistas espirituales. Capta el diario desarrollo de acuerdo con el primer capítulo del Génesis, donde, en reconocimiento de Su propia obra perfecta “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”. Ver Gén. 1:4, 10, 12, 21, 25, 26, 31.
Las obras sanadoras, redentoras y restauradoras de Cristo Jesús proporcionan permanentes vistas de la actual perfectibilidad del hombre, preservadas por testigos agradecidos y registradas en los Evangelios. Mas el Maestro debe de haberse dado cuenta de que la liberación del dolor, del sufrimiento y de un sentido de culpabilidad podía engañar a gente agradecida llevándola a atribuir, inconscientemente, posible realidad al error mediante excesivas y vívidas descripciones del mismo. Aun la gratitud por la curación no debiera hacer hincapié en el error como si éste fuera un poder derrotado en un lugar en el pasado. Varias veces en el Nuevo Testamento se describe que Jesús mandó a aquellos que sanó que no lo dijesen a nadie. Ver Mateo 8:4; Marcos 7:36 y 8:26; Lucas 8:56. Cuando comprendemos que el mal finalmente es despojado de realidad, ya no lo adornamos con coloridas descripciones.
Sin embargo, podemos compartir a salvo la gratitud genuina. Jesús dijo a un hombre a quien sanó de demencia: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo”. Marcos 5:19. Y los discípulos del Maestro por cierto que compartieron, mediante la palabra hablada y escrita, la gratitud que sentían.
La Ciencia Cristiana proporciona vías seguras e ilimitadas para que también nosotros podamos compartir. En el Manual de La Iglesia Madre, la Sra. Eddy escribe: “ ‘Glorificad a Dios... en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios’ (San Pablo). El testimonio sobre la curación de los enfermos es sumamente importante. Más que un mero relato de bendiciones, escala el pináculo de la alabanza e ilustra la demostración del Cristo, ‘que sana todas tus dolencias’ (Salmo 103:3). Sin embargo, el testimonio no ha de incluir una descripción de los síntomas ni del sufrimiento, aunque sí puede indicar el nombre genérico de la enfermedad. Este Estatuto es aplicable a los testimonios que aparezcan en las publicaciones periódicas y los que se den en las reuniones vespertinas de los miércoles”.Man., Art. VIII, Sec. 24.
Nuestros esfuerzos por comprender y obedecer este Estatuto establecerán nuestra curación bajo la clara luz de la realización espiritual. Es allí donde nuestra gratitud aumenta. La obediencia vence la indiferencia a la necesidad de sentir gratitud. La obediencia también modera la tendencia de adelantarse a la acción de la sabiduría o a exagerar los hechos. La sinceridad nos mueve a hablar con integridad, a escribir sin temor y, sobre todo, a pensar modestamente en las lecciones sobre confianza, vigilancia, paciencia y humildad. Obtenemos estas lecciones confiando radicalmente en el tratamiento de la Ciencia Cristiana que nos despierta a comprender la invariable perfección innata en los hijos de Dios.
Antes, durante y aun después de nuestro trabajo por una curación determinada, podemos cultivar la gratitud. Podemos estar agradecidos por todo el concepto de la curación espiritual, mediante el cual despojamos al mal de cualquier supuesto lugar, presencia y poder. Una vez que hemos demostrado en cierta medida que la curación es siempre pertinente para sacar a luz la verdadera individualidad a semejanza de Dios, ya no contemplamos la curación como algo que pertenece meramente al pasado o al futuro. Iluminada por la gratitud, la curación es un testimonio vívido, un recordatorio creciente de la gloria y permanencia de la eternidad.
Una verdadera galería de escenas de realidad divina, iluminada por la comprensión e inspiración espirituales que traen curación, está siempre a nuestra disposición. En las reuniones de testimonios vespertinas de los miércoles en las filiales de la Iglesia de Cristo, Científico, y en el culto de Acción de Gracias que anualmente se celebra en muchos países, podemos compartir nuestra propia inspiración y escuchar la contribución de otros. Podemos suscribirnos a las publicaciones periódicas y escribir para esas publicaciones, las cuales incluyen testimonios alentadores en cada ejemplar.
Como las buenas obras de arte, las lecciones espirituales que hemos vivido, escuchado y leído cobran mayor significado ante nuestra vista a medida que nos compenetramos de sus mensajes. El lenguaje sencillo de la Biblia describiendo la obra sanadora de Jesús, permite desarrollar en el estudiante un significado de alcance infinito. Los testimonios concisos incluidos en el capítulo “Los frutos de la Ciencia Cristiana” en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, son siempre vivificantes y nuevos.
Cuando la curación se abriga en el corazón con gratitud científicamente disciplinada, los testimonios que se ofrecen al público inspiran a oyentes y lectores a expresar gratitud también. Y cuando la gratitud enfoca la sustancia espiritual, la falta de habilidad de expresión y el innecesario embellecimiento de las palabras ya no ocupan el primer plano. Glorificar a Dios y Su idea, el hombre perfecto, trae un resplandor que permanece con nosotros. Si se demostró que Dios es Todo-en-todo entonces y allí cuando fuimos sanados, también podemos demostrar que Él es Todo-en-todo ahora y aquí.